Dos hermanos uña y carne
El presidente del Senado, Javier Rojo, y su hermano Gregorio, al frente de la Caja Vital, debaten en la Cadena Ser sobre su vida
Sentados frente a frente, en los estudios de la Cadena Ser Vitoria, los hermanos Rojo resultan tan parecidos a primera vista que se entiende la anécdota que cuenta el presidente del Senado, Javier Rojo (Pamplona, 1949) cuando habla de la confusión habitual con su hermano Gregorio Rojo (Briviesca, 1952), presidente de la Caja Vital y de la Cámara de Comercio de Álava. "En más de una ocasión me han preguntado por la Vital, y ya no me identifico, respondo como lo haría Goyo: "Vamos bien, somos una de las más solventes de España", y lo mismo le pasa a mi hermano, cuando le interpelan por el Senado", explica con sorna.
Ambos participaron ayer en el programa A vivir que son dos días Euskadi que dirige Aloña Velasco, en el inicio de una nueva sección, Hablemos, que cada quince días enfrentará a dos personajes relevantes de la actualidad vasca. Y los hermanos Rojo pusieron el listón alto. Nada más entrar en acción, desvelaron que el parecido entre ellos es puramente físico (cabeza rasurada, gafas, voz grave) porque el carácter les delata, como confirmaron; sereno y prudente el mayor, travieso y atrevido, el pequeño. "Pero nuestra relación es muy íntima en el plano afectivo porque nos han unido muchas cosas", explicó Javier.
De caracteres casi antagónicos, desvelan un fuerte vínculo por la familia
A veces los confunden y entonces cada uno interpreta la vida del otro
Hijos de ferroviario, sufrieron de niños la enfermedad y, luego, la temprana muerte del padre y, claro, el ahora presidente del Senado se tuvo que encargar de cuidar de su hermano pequeño. Sobre todo, cuando estudiaban en el Verbo Divino de Estella. "Íbamos para misioneros y, en parte, ahí estamos, en nuestra consideración de hacer las cosas bien y con honestidad", apuntó Gregorio, que recordó que su hermano siempre había sido un referente en su trayectoria.
Militantes ambos del PSE, el ahora presidente de la Vital tuvo una juventud más movida. "Yo era trosko y mi hermano siempre me advertía para que no me metiera en líos". "Goyo que viene de la izquierda radical ahora es mucho más moderado que yo", reconoció el presidente del Senado. La complicidad entre ambos es total. "El pilar está en la familia" dice Gregorio.
Padres de dos hijas cada uno, insisten en la necesidad de mantener esos vínculos familiares, pero también las amistades. "Lo primero que me dije cuando llegué a la Vital fue: 'A ver si salgo con los mismos amigos que entré'" afirma Gregorio; "Y es que la gloria es efímera", le advierte Javier.
Acaban la conversación hablando de política, inevitablemente y Javier se enciende: "Creo que este pueblo tendría que que haberse rebelado contra aquellos que han hecho de Euskadi un pueblo falso, que han utilizado lo vasco para emborronar lo que de verdad somos. A mí no me da lecciones de vasco nadie", concluye. Pero la ironía alegre de Gregorio relaja la charla para reivindicar el futuro. "Que piensen en las futuras generaciones", concluyen al unísono.
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