El primer hombre que pisó la Luna critica el plan espacial de Obama
Neil Armstrong afirma que la cancelación del programa Constellation lleva a EE UU a "un largo descenso hacia la mediocridad"
Justo en vísperas de que el presidente Barack Obama exponga mañana sus planes para el espacio y anuncie el desarrollo de un nuevo cohete superpesado a partir de 2015, arrecian las críticas a su propuesta de suspender el programa Constellation, con el que la NASA estaba desarrollando nuevos vehículos espaciales para sustituir a los transbordadores y, más adelante, volver a la Luna. El crítico más famoso ha sido el mismísimo Neil Armstrong, el primer hombre que pisó a Luna. Pese a su habitual discreción, en esta ocasión el astronauta ha firmado una carta abierta con dos antiguos colegas en la que advierten que la cancelación del Constellation es "devastadora" para el esfuerzo espacial estadounidense y que la decisión lleva al país a "un largo descenso hacia la mediocridad". Los dos colegas de Armstrong firmantes de la carta, hecha pública por NBC News, son el último astronauta que pisó la Luna (Eugene Cernan) y Jim Lovell, el comandante del tristemente célebre Apolo 13 que interpretó en el cine Tom Hanks. Se da la circunstancia de que justo en esta semana se celebra el 40 aniversario de su famosa frase "Houston, tenemos un problema" con que se inició la peligrosa aventura camino de la Luna que a punto estuvo de costar la vida a los tres astronautas.
"Para EE UU, el país líder del espacio durante casi medio siglo, el hecho de estar durante un tiempo indeterminado sin un vehículo para acceder a la órbita baja terrestre y sin capacidad para la exploración con astronautas para ir más allá, supone tender a convertirse en un país de segunda -o incluso tercera- categoría", escriben Armstrong, Cernan y Lovell. En el mismo sentido y desde hace tiempo, se han oído las críticas de congresistas, senadores y expertos del sector espacial. El pasado lunes, por ejemplo, 27 veteranos de la NASA, incluido Eugene F. Kranz, el ya mítico director de vuelos del programa Apolo y protagonista reconocido del regreso a casa de los tres tripulantes del Apolo 13, también hicieron pública una carta al presidente Obama pidiéndole que reconsidere su "equivocada propuesta", informa The New York Times.
En realidad, la perspectiva de vacío de varios años sin vehículo espacial tripulado estadounidense al dejar de volar este año los actuales transbordadores, es anterior a la decisión de Obama. En el calendario del propio Constellation se contaba con que no estarían listas las primeras naves hasta 2015, como muy pronto, y durante cinco años, los astronautas de la NASA tendrían que viajar a la Estación Espacial Internacional (ISS) en las naves Soyuz rusas pagando por el pasaje. En cuanto a la exploración más allá de la ISS, es decir, el regreso a la Luna y el viaje a Marte después, no ha estado en ningún momento suficientemente atendida en los presupuestos de la NASA como para confiar en su realización en el plazo de referencia (a partir de 2020).
Obama presentó su idea de cancelar el Constellation y traspasar a la iniciativa el desarrollo de futuros cohetes hace un par de meses, en la propuesta presupuestaria para el año que viene. Su plan sigue las pautas del informe elaborado por un comité independiente de expertos, presidido por Norman Augustine, que fue convocado por la Casa Blanca para evaluar las perspectivas espaciales estadounidenses. El documento, entre otras cosas, destaca las incongruencias de plazos del plan que tenía la NASA y la inadecuación de objetivos y fondos para lograrlos. En defensa del planteamiento renovador del presidente, algunos expertos han señalado que los programas tradicionales de la NASA son demasiado grandes, demasiado costosos y demasiado lentos, aplaudiendo la decisión de utilizar ahora nuevas y ágiles empresas espaciales, informa The New York Times. Tal vez Obama y su equipo, señalan, no han sido precisamente hábiles a la hora de presentar su estrategia espacial.
Pero el plan presidencial deja vacíos importantes, como el desarrollo de nuevos cohetes superpesados y las bases del futuro programa tripulado de la NASA, competencias que no se han asignado, de momento, a las empresas que están ya desarrollando los cohetes más pequeños y los vehículos de carga espaciales. Ahora Obama va a subsanar uno de esos vacíos con el anuncio esperado, mañana mismo, en un discurso que dará en el Centro Espacial Kennedy (Florida), de tener un cohete pesado hacia 2015, según ha adelantado Lori Garver, directora adjunta de la NASA. Asimismo, el presidente dará luz verde al desarrollo de una cápsula Orión, no la que sería vehículo para los astronautas lanzado con los cohetes Ares del programa Constellation, sino una versión simplificada que serviría de bote salvavidas para la tripulación de la ISS.
Armstrong y sus colegas critican el hecho de que la suspensión del Constellation, el programa iniciado bajo la presidencia de George Bush, supone tirar a la basura los 10.000 millones de dólares aproximadamente que se han invertido ya en los últimos cinco años. "América debe decidir si desea seguir siendo líder espacial. Si es así, debemos poner en marcha un programa que nos proporcione la mejor oportunidad de lograrlo", afirman los tres veteranos astronautas en su carta abierta.
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