La guía para la píldora poscoital del Consejo de Farmacéuticos no incluye la objeción

El cambio de la manera de dispensar la píldora del día siguiente, de ser un medicamento con receta a no serlo, ha hecho que el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos haya acordado con el Ministerio de Sanidad un protocolo de dispensación para guiar a sus asociados. El texto es una sencilla guía en la que se sugiere qué información pedir y dar a la mujer que acude solicitando la píldora (si ha tenido relaciones sexuales, si usa un método anticonceptivo, si éste ha fallado, que vaya a su médico para que le recomiende uno). Este proceso es una especie de consentimiento informado, pero recabado de una manera verbal, para agilizar el trámite.

También se prevé la posibilidad de crear un registro anónimo para monitorizar el uso de este fármaco, y hacer un seguimiento. La guía no menciona siquiera la posibilidad de que el farmacéutico objete. Fuentes del Consejo de Farmacéuticos afirman que su tarea no es inmiscuirse en "las opiniones individuales" de sus afiliados, pero recordaron que éstas no deben "limitar el derecho de la mujer a ser atendida".

El texto es mucho más sencillo que el que han pactado la Generalitat de Cataluña y el colegio de farmacéuticos de la comunidad. Éste era tan complicado que impedía que se aplicara en las farmacias de guardia, por ejemplo, e imponía un consentimiento informado escrito, lo que supone una absoluta novedad en la dispensación de fármacos sin receta (y en la inmensa mayoría de los que sí requieren una prescripción médica).

También recogía un supuesto "derecho" de los farmacéuticos a objetar, algo que no está reconocido en ninguna ley, aunque sí hay normativas autonómicas que lo admiten.

El recelo de algunos sanitarios a dispensar este medicamento se debe a que sostienen que es un abortivo. Por eso, los farmacéuticos darán, además de consejos, tres trípticos preparados con el Ministerio de Sanidad a las mujeres. Uno de ellos, específico sobre la píldora del día siguiente (los otros dos son sobre métodos anticonceptivos en general y sobre las enfermedades de transmisión sexual, especialmente la infección por VIH), se explica que "la píldora es un medicamento hormonal que impide o retrasa la ovulación y en la mayoría de los casos evita el embarazo, pero nunca lo interrumpe. Esta píldora NO ES ABORTIVA ni produce ningún problema o lesión en el embrión en el caso de que hubiera ya un embarazo [las mayúsculas son del texto]".

Esta es la postura de la mayoría de los científicos y de organismos como la OMS, pero hay grupos conservadores que, aún así, lo niegan. La causa está en que hay un punto que no está muy claro sobre el mecanismo de actuación del fármaco. La mayoría de las veces, lo que hace es retrasar la ovulación. En estos casos, no hay ninguna duda, porque al no haber un óvulo no hay fecundación posible.

Pero queda una situación intermedia: qué pasa si la mujer ya ha ovulado. Entonces, el fármaco también funciona, pero el mecanismo no está claro. Inicialmente, y así lo recoge el prospecto, se decía que otro de los efectos de las hormonas del medicamento era la alteración del cuerpo lúteo. Esto se interpreta como que sí hay fecundación, pero no hay una implantación. Es decir, no hay nunca un embrión viable, pero a esto se agarran los grupos más conservadores para afirmar que se trata de un aborto.

Sin embargo, según publicaciones científicas posteriores, esta explicación del mecanismo de funcionamiento de la píldora no ha podido ser reproducida (y lo que en ciencia no puede ser reproducido se descarta). Por eso los expertos han buscado otra explicación: que la píldora afecte a los gametos (óvulo y/o espermatozoide), de manera que no llega a haber fecundación. Nada que ver con el aborto.