El PP se desmarca del comunicado de los obispos contra la reforma del aborto

El PP ha marcado este jueves distancias respecto al comunicado de esta mañana de la Conferencia Episcopal Española (CEE) contra la reforma de la ley del aborto. El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha mostrado su rechazo al anteproyecto y ha asegurado que su grupo votará en el Congreso contra lo que considera un "disparate" por convicción propia, pero no por el hecho de que lo pidan los obispos. La declaración de la CEE denuncia que la reforma prevista es una "fuente envenenada de inmoralidad e injusticia" e insta a los diputados católicos a rechazarla con su voto.

"Votaré en contra pero no porque lo diga nadie, y no voy a comentar las declaraciones de la Conferencia Episcopal ni de nadie porque no es mi función. Todo el mundo tiene el derecho a hablar, y punto", ha sentenciado Rajoy desde Bruselas.

"El anteproyecto presentado constituye un serio retroceso respecto de la actual legislación despenalizadora, ya de por sí injusta. Por tanto, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, ningún católico coherente con su fe podrá aprobarlo ni darle su voto. Tampoco debería hacerlo nadie que atienda a los justos imperativos de la razón". Esto es parte de la declaración de la Conferencia Episcopal, que tiene como título Atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en derecho. En la misma, los obispos tildan la reforma de "serio retroceso en la protección de la vida" y denuncian, entre otros aspectos, que el anteproyecto "otorga la calificación de derecho a algo que, en realidad, es un atentado" contra la vida.

La Conferencia Episcopal ha denunciado en una rueda de prensa que el anteproyecto es una "fuente envenenada de inmoralidad e injusticia", ha afirmado el portavoz, Juan Antonio Martínez Camino. Rechaza que se ponga "como excusa" la salud "para eliminar a los que van a nacer". "La inclusión del aborto entre los medios supuestamente necesarios para cuidar la salud es de por sí una grave falsedad. Abortar no es nunca curar, es siempre matar".

Los obispos se quejan también de la indefensión en la que podrían quedar los profesionales sanitarios que quisieran ejercer su derecho "justo" a la objeción de conciencia. Asimismo, Martínez Camino ha recordado la excomunión inmediata y automática de cualquiera "que participe directamente en un aborto que realmente se ejecute", es decir, como mínimo, de la mujer que aborta y de los médicos que practican la intervención.

"Decidir abortar es quitar la vida a un hijo ya concebido y eso sobrepasa con mucho las posibles decisiones sobre el propio cuerpo, sobre la salud de la madre o sobre la elección de la maternidad", señalan los obispos. Por último, rechazan lo que ellos consideran una "imposición" de una educación moral sexual "abortista y de género". En la ley se habla de la promoción de una estrategia de formación en salud sexual y reproductiva para todo el sistema educativo y, sobre todo, para las asignaturas relacionadas con ciencias de la salud.