El patriarcado machista impide la igualdad de género en Latinoamérica
Un informe pide fomentar la cultura como fuente de progreso
Las mujeres de América Latina han conseguido, en la última década, que se legisle contra la violencia machista. Eso no quiere decir, sin embargo, que se haya erradicado la violencia contra las mujeres por cuestiones de género. Llevar esas leyes de la teoría a la práctica sigue siendo un camino tedioso. Los valores patriarcales que aún imperan en muchos países de la región son uno de los principales inconvenientes, según el informe anual del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), que se presentó ayer.
"La violencia por motivos de género se perpetra gracias a normas y tradiciones sociales y culturales que refuerzan las estructuras de poder dominadas por el hombre", asegura el documento. Una de las tantas excepciones a las que hace referencia el informe ocurre en Brasil. Varios jueces consideran que la ley María da Penha (que debe su nombre a una mujer que hace 20 años fue atacada a balazos por su ex compañero sentimental) es "inconstitucional" porque "discrimina a los hombres".
Aunque no parece que haya una solución clara a corto plazo, Naciones Unidas propone promover el desarrollo cultural como ventana al progreso y diseñar políticas y programas de población "con sensibilidad cultural", siempre y cuando esa mirada comprensiva y respetuosa de las diferencias "implique aceptar prácticas tradicionales nocivas o que violan derechos humanos universales", matiza el documento. Algunos movimientos feministas comparten esta posición y considera que hay que hacer un esfuerzo adicional en la cultura para conseguir erradicar la violencia machista. "Es posible aprovechar los valores culturales para propiciar el cambio y el adelanto", opinan.
La cultura patriarcal en la región no es algo nuevo tampoco. El documento de 108 páginas de Naciones Unidas considera que la independencia de las colonias no vino acompañada de un cambio de mentalidad en ese apartado, sino que ha seguido vigente en muchos países de la región. Es decir, los distintos países heredaron las tradiciones de las colonias españolas, portuguesas y francesas de sus metrópolis.
La función femenina es "mantener unida a la familia a cualquier costo, por lo que la violencia en el hogar se convierte en una realidad aceptada y hasta cierto punto natural", apunta.
Al informe le acompaña un anexo sobre la juventud, a la que denomina Generación del Cambio Cultural. Las organizaciones feministas a las que se hace referencia en el estudio lamentan que "desde su más temprana infancia se les enseña a las mujeres que son inferiores al hombre".
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