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Una venta de marfil para frenar la muerte de los elefantes

Cuatro países africanos subastarán 100 toneladas del material en la primera venta legal en una década

Venta de marfil para salvar a los elefantes. Esta paradoja se hace realidad a partir de hoy en Namibia, Botswana, Sudáfrica y Zimbabue, donde se van a subastar hasta 100 toneladas de marfil en la primera venta legal de este material en una década en el África meridional. La venta está autorizada por la ONU y el dinero que se recaude irá a parar a programas de conservación de los paquidermos en estos países africanos.

El comercio de marfil fue prohibido en 1989 en todo el mundo ante la alarmante caída del número de elefantes por la caza furtiva y desde entonces han descendido notablemente las intercepciones de marfil ilegal en todo el mundo, según Traffic, una organización que vigila el tráfico de especies protegidas. La única venta autorizada de marfil se produjo en 1999.

Los cuatro países africanos sacarán a subasta a partir de hoy unas 100 toneladas de marfil de sus existencias procedentes de aprehensiones a cazadores furtivos, en su mayor parte, para financiar proyectos de conservación de la especie.

Voz de alarma

Algunos grupos ecologistas han lanzado la voz de alarma previendo que estas subastas, aunque permitidas, estimulen de nuevo la caza furtiva de elefantes para arrancarles los colmillos y vender el marfil en otras eventuales subastas o en el mercado negro.

No obstante, la secretaría de la Convención Internacional de Comercio de Especies en Peligro (CITES, en sus siglas en inglés), la agencia de la ONU que ha autorizado la venta de marfil, sostiene que va a mirar con lupa el comercio de marfil en China y Japón, donde va a parar en su mayoría el marfil de esta subasta y del tráfico ilegal, para asegurarse de que no se aprovecha la venta que comienza hoy para blanquear marfil procedente de la caza furtiva.

La venta de esas 100 toneladas fue aprobada en principio en 2002, pero sólo el año pasado, en la reunión que mantuvo la CITES en La Haya la transacción vio la luz verde definitiva después de que se llegara a la conclusión de que se han tomado todas las medidas necesarias para impedir el tráfico de este material.

La subasta realizada en 1999 logró recaudar cinco millones de dólares destinados a proyectos comunitarios. Se espera que gracias a los compradores de origen chino, esta venta alcance, por lo menos los 30 millones de dólares (24 millones de euros).

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