El cambio climático se ceba con el ártico canadiense
Una placa de hielo del tamaño de Manhattan se desprende de Ellesmere, en el norte de Canadá - Las cuatro capas que forman la isla se han reducido un 23% sólo este verano
Una placa de hielo del tamaño de Manhattan se ha desprendido de la Isla de Ellesmere, en el norte de Canadá, ha podido comprobar un grupo de investigadores. Según su estudio, el cambio climático ha provocado que las cinco grandes capas de hielo, de más de 4.000 años, que componen esta isla canadiense se hayan reducido un 23%, unos 214 kilómetros cuadrados, sólo durante este verano.
Según estos científicos canadienses, este fenómeno es sólo prueba de los "importantísimos cambios" que el calentamiento impondrá a toda la especie humana. "Los modelos climáticos indican que las transformaciones más relevantes, más serias, se producirán antes en las latitudes más al norte", indicó Warwick Vincent, director del Centro de Estudios del Norte en la Universidad Laval de Québec.
Vincent, que ha comprobado in situ el estado de las placas de hielo de Ellesmere cada año durante la última década señala, en declaraciones recogidas por Reuters, que el impacto de las altas temperaturas en 2008 ha sido "asombroso". Según las predicciones de la comunidad científica, el cambio climático provocará además que se generalicen los fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, ciclones e inundaciones.
Una pérdida de más de 200 km2
Los investigadores habían estimado que las placas del archipiélago ártico canadiense, en las que habitan ecosistemas microscópicos únicos que apenas se han estudiado, perderían más de 20 kilómetros cuadrados este verano, pero la cifra real es de más de 200. La Isla Ellesmere estuvo formada por una gran capa de hielo, pero ahora sólo quedan cuatro y juntas ocupan unos 700 kilómetros cuadrados.
Además de la placa Markham -de unos 50 kilómetros cuadrados- desprendida, la capa Serson también ha perdido buena parte de su masa, al menos un 60%. Asimismo, la placa Ward Hunt, de 400 kilómetros cuadrados, la más grande de las situadas en la región, se está derritiendo.
El calentamiento ha provocado un aumento rápido de la temperatura en Ellesmere, al menos 2ºC en los últimos cincuenta años. "Creo que hemos llegado a un punto donde no es posible parar el cambio climático, pero sí ralentizarlo. Y si pensamos en la magnitud que tendrá en nuestras sociedades, debemos prepararnos para los cambios fundamentales que nos esperan", manifestó Vincent.
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