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Salud deberá pagar 246.000 euros a los familiares de un fallecido tras una operación

El cuerpo médico del Hospital de Igualada no le aplicó el tratamiento adecuado

El Juzgado de Primera Instancia número 7 de Barcelona ha condenado al Servei Català de la Salut (CatSalut) a indemnizar con más de 246.000 euros a los tres hijos y la esposa de José A.S., de 77 años, que falleció casi un año después de someterse a una operación de cáncer de lengua en el Hospital de Igualada, según ha informado el Defensor del Paciente.

La sentencia explica que el fallecido fue intervenido quirúrgicamente, bajo anestesia general, el 5 de junio de 2006 en el mencionado hospital al detectásele anteriormente un ganglio en la lengua de 1,6 por 1,5 centímetros de diámetro.

La operación se le realizó sobre la mitad derecha de la lengua y fue necesario abrirle el cuello por ese mismo lado para extirpar los ganglios que pudieran estar afectados. Tras las complicaciones del postoperatorio, "el cuerpo médico que atendió al paciente, a pesar de contar con datos para poder creer que tenía comprimidas las vías respiratorias, no lo apreció de este modo", señala el texto, y consideró que los síntomas eran propios de un cuadro infeccioso.

El juzgado sostiene que la operación se realizó "sin complicación" y desde el día 5 hasta el 7 de junio permaneció ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), intubado y con respiración asistida. El 7 de junio se detectó un coágulo en la quinta grapa del lado derecho y se hizo constar que el tubo que recogía la sangre era "poco productivo". Además, el paciente tenía un edema en la cara y otro moderado en los brazos.

Secreciones abundantes por la tráquea

Ese mismo día, se constató que José A.S. tenía secreciones por la tráquea "abundantes" y el día 8 los doctores decidieron desentubar al paciente. A partir de entonces, señala la sentencia, el hombre empezó presentar signos de agitación y durante las primeras horas del día siguiente vómitos, tragaba saliva con dificultad, el edema iba en aumento y sufría sensación de ahogo.

Sobre las 14.45 horas de ese mismo día, el cuerpo médico avisó a la doctora que había intervenido a José A.S., que en ese momento no se encontraba en Barcelona y que acudió al Hospital de Igualada "de la forma más rápida posible", atendiendo al paciente a las 16.00.

La doctora abrió de inmediato la herida al considerar que existía una obstrucción de las vías respiratorias y ordenó su ingreso en el quirófano para practicarle una traqueotomía de urgencia.

Un año en coma

Durante la intervención el paciente sufrió una parada cardiorrespirtoria de la que se recuperó pero tras la que quedó en coma vegetativo y "pendiente de terceras personas para todas las actividades de la vida diaria". Finalmente, falleció el 31 de mayo de 2007, casi un año después de entrar en coma.

El juez sostiene que desde primeras horas de la mañana del 9 de junio el paciente tenía síntomas de agotamiento por lo que "una de las posibilidades a las que podía obedecer esos síntomas era la existencia de un edema que obstaculizara las vías respiratorias". Sin embargo, señala que el personal médico creyó que "la sensación de ahogo debía obedecer a la infección y no a la existencia de un edema", por la que fue medicado.

Error médico

La sentencia sostiene que la presencia de otros síntomas llevó a los médicos a un "error" y que la actuación médica "no puede considerarse correcta por varios motivos".

En primer lugar, afirma que no se descartaron otras posibilidades a la infección, "a pesar de que el paciente presentaba síntomas que así lo indicaban", además del aumento del edema y que el sistema para recoger la sangre "no era productivo".

Estos elementos tendrían que "haber hecho sospechar" que se estaba acumulando la sangre y el hecho de que el paciente no presentara mejoras "debió llevar a lo médicos" a la conclusión que "el tratamiento no era adecuado" para lograrlas.

Por otro lado, afirma que la doctora que decide intervenirlo de urgencia sostiene que el edema se encontraba consolidado, lo que para el magistrado demuestra que "lleva tiempo formándose".

Por todo ello, mantiene que el análisis de la situación del paciente "fue errónea, porque se creyó que sus problemas respiratorios eran debidos al problema infeccioso que presentaba".

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