Condena de 24 años para el hombre que asesinó a su novia en Utrera de 21 puñaladas
Los hechos ocurrieron en noviembre de 2004
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 24 años y seis meses de prisión a A.R.R., de 30 años, por asesinar a su pareja de 21 puñaladas en noviembre de 2004 en Utrera (Sevilla). La sentencia impone a este individuo una pena de 23 años por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y un año y seis meses por maltrato habitual. Asimismo, el magistrado ha establecido que el condenado debe pagar 100.000 euros a cada uno de los tres hijos que había tenido con su pareja.
La resolución judicial establece como probados los hechos relatados por el jurado popular, que declaró culpable al acusado, quien sometía a su pareja, A.G.B. de 18 años, a "continuas agresiones e insultos y amenazas". En la noche del 27 de noviembre de 2004 A.R.R. cogió un cuchillo y le asestó 21 puñaladas a la víctima "con la intención de acabar con su vida".
De esta manera, el juez indica que el ahora condenado "causó deliberadamente males innecesarios a la víctima dándole las 21 puñaladas en vida", circunstancia que, según la sentencia, "provocó un aumento de sufrimiento".
Había consumido tranquilizantes, cocaína y cerveza
El abogado del letrado había alegado que la víctima pudo haber evitado lo sucedido si ese día se hubiera ido de casa. El abogado manifestó que el día de los hechos, A.R.R. había consumido tranquilizantes, cocaína y cerveza, por lo que, según relató, "estaba fuera de sí e hizo lo que hizo sin conocimiento de ello".
Una de las hermanas de la víctima, C.G.B., que vivía con la pareja, indicó que meses antes de que la "matara", el procesado "le pegó patadas en la barriga cuando ella estaba embarazada, como si fuera un perro".
El médico forense que le practicó la autopsia a la joven afirmó que la víctima "probablemente" estuvo viva durante los 21 cuchillazos que recibió en noviembre de 2004. El forense manifestó que la víctima era una persona físicamente "frágil" que "intentó defenderse".
Asimismo, una médico forense de Huelva y el subdirector médico de la prisión de Málaga han informado de que el procesado tiene un "trastorno antisocial de la personalidad", que supone que el imputado es una persona "agresiva, poco constante, egoísta, egocéntrica y plenamente consciente de lo que hace".
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