Amnistía Internacional estudia llevar a Industria a los tribunales si "censura" uno de sus 'spot'
Una subsecretaría niega el certiifcado que necesita la ONG para emitir el anuncio de forma gratuita
La ONG pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) estudia llevar hasta la justicia al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo si mantiene su rechazo a concederle la exención de cómputo para la emisión de forma gratuita del anuncio televisivo "El Poder de Tu Voz". Esta exención de cómputo es el 'sello que las organizaciones sin ánimo de lucro solicitan a la Subdirección General de Medios Audiovisuales, dependiente de Industria, para que sus anuncios no cuenten como espacio comercial -limitado en las parrillas- y puedan ser difundidos de forma gratuita.
AI ha hecho público hoy el contencioso que desde hace ocho meses ha bloqueado la difusión de esta campaña en las televisiones. Según ha manifestado la ONG, la actuación de Industria "puede considerarse censura previa" por haber obstaculizado la emisión del anuncio con el argumento de que se trata de "publicidad política".
La exención de computo es un requisito sine qua non las ONG no tiene posibilidad de emitir sus campañas de forma gratuita en las televisiones. Según el artículo 13 de la Ley 25/1994, el certificado de exención de cómputo requiere que la finalidad del anuncio sea "pública y de carácter benéfico" y en ningún caso guarde elemento alguno "publicitario". Para Industria, el anuncio de AI no cumple estos requisitos.
El spot, cuya versión gráfica ha sido publicada en diarios como EL PAÍS, Público o La Vanguardia, muestra a varios dirigentes como Muammar el Gadafi, Fidel Castro, Vladímir Putin o George Bush a la vez que una voz en off lee algunos artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Entre los artículos leídos, los que hacen referencia a torturas, libertad de expresión, movimiento o religión.
Según el oficio enviado por la Subdirección General de Medios Audiovisuales a AI y al que ELPAIS.com ha podido tener acceso, "el posible carácter benéfico queda desvirtuado por el elemento de controversia". El oficio se aventura incluso a poner un ejemplo más que no cumpliría con los criterios para obtener la exención de cómputo: "A nadie se le ocurriría considerar de mero carácter benéfico un anuncio que invitara a apoyar a unos niños enfermos pero al mismo tiempo denunciara a las grandes empresas farmacéuticas como obstáculos para su curación".
"No quiere defender determinados derechos"
El oficio de la subsecretaría concluye que el "mensaje principal" en el anuncio -elaborado por la ONG en conmemoración del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos- del que se derivaría la exención de cómputo "no es defender determinados derechos sino defender que estos están siendo violados por determinados dirigentes y no por otros (los que no son citados)". La nota de la subsecretaría informa además de que, siendo "publicidad política", el anuncio podría estar sujeto de sanciones si es difundido según lo expuesto en la Ley 25/1994.
A pesar de ello, el Ministerio ha difundido hoy un comunicado en el que rechaza, según informa Servimedia, "cualquier acusación de amenazas a medios de comuniación" y recuerda que el expediente está en periodo de ampliación del plazo de resolución y, por tanto, puede ser emitido por las televisiones que lo deseen. A priori, ninguna televisión aceptaría difundir de forma gratuita una campaña si computa como comercial. Y ninguna ONG va a pagar -o puede permitirse pagar- por que las televisiones difundan su mensaje.
Según los datos de AI y consultadas las ONG, solo existe un precedente parecido y fue precisamente con la campaña de la organización "Ponte en su piel" que rechazó también Industria en el año 2003 y con el Gobierno de José María Aznar. AI logró que la Audiencia Nacional le diera la razón, pero el Estado ha recurrido al Tribunal Supremo.
AI ha insistido además hoy en que la denuncia de violaciones de los derechos humanos es la esencia por la que recibió la declaración "utilidad pública" en España en 1981 y el Premio Nobel de la Paz en 1977.
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