"Operar un corazón del tamaño de una castaña"

El Hospital Universitario La Fe de Valencia ha operado con éxito y por primera vez en España a una niña prematura, con sólo 31 semanas de vida y que pesa 1.375 gramos de peso, que presentaba una cardiopatía congénita grave. Uno de los cirujanos lo ha resumido así: "Operar un corazón del tamaño de una castaña".

La intervención, que duró seis horas, ha supuesto un "desafío al límite" para los cirujanos, puesto que en Paola, nacida en Castellón a las 31 semanas de gestación, se juntaban varios factores "peligrosos": el ser prematura y de bajo peso, "una de las causas más frecuentes de muerte en los recién nacidos", y tener "una cardiopatía grave, que es la segunda causa de mortalidad" infantil, han destacado el jefe de la Unidad de Cirugía Cardiaca Pediátrica del Hospital La Fe, José María Caffarena, y el jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del mismo centro, José Anastasio Montero.

Precedentes sólo en Japón y Francia

No obstante, y a pesar de los riesgos, Paola fue intervenida y sigue ingresada en el centro, donde se recupera favorablemente de la operación, de la que no le han quedado secuelas. Así lo aseguraron en rueda de prensa los doctores Caffarena y Montero, quienes participaron en esta intervención de la que sólo existen precedentes en París y Japón.

Según Caffarena, la intervención se llevó a cabo el pasado 29 de noviembre, cuando Paola, -nacida de un parto de gemelos-, tenía tres semanas de vida y, tras observar que "el tratamiento al que estaba sometida no daba resultados" porque "precisaba mucho oxígeno y sufría un deterioro pulmonar". Aún así, "lo normal hubiera sido una operación de bajo riesgo para paliar los efectos" su patología, pero se decidió "corregir por completo" su cardiopatía, ya que, de lo contrario, "tenía pocas expectativas de curación y de vida", auguró.

Paola padecía una malformación cardíaca que "afecta a dos de cada 1.000 recién nacidos", de modo que, "del ventrículo izquierdo salía una arteria pulmonar y del derecho salía la aorta, cuando la ubicación debe ser la contraria", precisó. Además, tenía "un defecto en la parte del tabique que separa los ventrículos del corazón y que provocaba que hubiera una gran comunicación interventricular", agregó.

Muchos riesgos

El "principal riesgo" de la cirugía, continuó Caffarena, era "el peso tan reducido del bebé" y "la inmadurez de sus órganos", debido a su prematuridad. En este sentido, señaló que "su corazón era del tamaño de una castaña, el volumen de sangre circulante de la paciente no era superior a los 100 centilitros, es decir, menos de un vaso de agua pequeño, y sus arterias no llegaban a medir un milímetro", incidió.