Una tarta de pescado y arroz para Knut

Knut, el oso polar más famoso de Alemania, celebró ayer su primer cumpleaños en el zoológico de Berlín con una tarta de pescado, arroz, verduras y frutas, que devoró en medio de un impresionante despliegue mediático y ante docenas de cámaras fotográficas y de televisión.

"Como está algo entradito en kilos (110 kg) hemos optado por una tarta frugal", explicó el director del zoo, Bernhard Blaskewitz, al público, las cámaras y reporteros que acudieron a la cita con prácticamente el mismo interés que cuando fue presentado "en sociedad" en la primavera pasada.

Knut dedicó toda su atención a engullir con pasión esa tarta vegetal que le había preparado el zoo y menos a las miles de cartas y banderitas que llevaban consigo sus "fans". Aunque su aspecto ha cambiado desde que fue presentado, ya que ha pasado de ser una bola de pelo blanco de 800 gramos a un oso marrón desgarbado de más de 100 kilos de peso, Knut sigue despertando interés y en los últimos meses se ha convertido en la auténtica "estrella" del parque.

El primer osezno superviviente

La "fiebre" de Knut comenzó el 23 de marzo pasado cuando fue presentado por primera vez al público, pero el interés por el osezno ya había nacido mucho antes, el día en que el zoológico dio a conocer la sensación de que un bebé polar había sobrevivido por primera vez en los 160 años de historia del parque pese a ser repudiado por su madre.

Su biografía, la entrega absoluta de su cuidador, Thomas Dörflein, quien durante los primeros tres meses de vida de Knut vivió junto al osezno en el zoo, y la circunstancia de que los osos polares están amenazados de extinción fueron los principales ingredientes del éxito mediático. La "fiebre" Knut fue también la que llevó al ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, a apadrinar a Knut de cara a la conferencia internacional sobre protección de especies que se celebrará en mayo próximo en Bonn.

Será después de esa fecha cuando el zoo tome una determinación respecto al futuro hogar del oso, pero, como indicó ayer el zoólogo responsable del parque, Reiner Klöss, todo apunta a que deberá abandonar Berlín, pues la capital cuenta ya con dos familias de osos y "costaría mucho dinero al contribuyente" construir un tercer recinto par Knut y su futura compañera.