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Obispo, por fin

El cardenal Rouco asciende a Martínez Camino en contra de los jesuitas

"Aunque nos envíe a los turcos", dijo sobre la obediencia al Papa el fundador de los jesuitas, el vasco Ignacio de Loyola. También impuso otra severísima exigencia: la renuncia a jerarquías o privilegios eclesiásticos, salvo en países de misión. En Europa no ha habido apenas excepciones, salvo en casos tan sobresalientes como san Roberto Belarmino en el pasado y hoy el octogenario cardenal Martini.

La regla la rompe por primera vez en España Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal desde 1993. Será obispo auxiliar de Madrid. El impulsor de tan excepcional decisión es el cardenal Rouco, que sostiene que España es hoy un "país de misión" por culpa del actual Gobierno y los laicistas.

Los jesuitas se han visto obligados a ceder, tan a regañadientes como cuando el nuevo obispo asumió, también por impulso de Rouco, la portavocía episcopal. A cambio, espantan el peligro de que Martínez Camino llegue a la curia romana para dirigir los asuntos educativos, donde la Compañía tiene una imponente red.

Ayer, a las nueve de la mañana, los periodistas recibieron en sus móviles este mensaje. "Urgente. Rueda de prensa, hoy sábado a las 12,00 en la sede de la CEE. Intervendrá el P. Martínez Camino". Martínez Camino se hizo acompañar por el también prelado auxiliar de Rouco, Fidel Herráez, pero sólo para que leyese una nota del arzobispado.

Asturiano de 54 años y martillo del Gobierno socialista, el nuevo obispo vive al margen de la Compañía de Jesús desde hace años aunque sigue declarándose jesuita. Entre 1993 y 2001 fue director en España de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio de la Inquisición.

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