La NASA admite que permitió volar a astronautas ebrios
La agencia espacial anuncia la creación de mecanismos y métodos de evaluación permanente de su personal
El escándalo está confirmado. La NASA ha admitido hoy que al menos en dos ocasiones permitió volar a astronautas ebrios. Esta es una de las conclusiones de un informe de un comité independiente sobre la asistencia a médica al personal de la agencia espacial estadounidense. Este escándalo se une al del sabotaje por parte de un trabajador al ordenador de un transbordador que iba a ser enviado a la estación espacial internacional.
"Los dos incidentes en cuestión se tratan de ocasiones en que los astronautas habían bebido tal cantidad de alcohol antes de volar que los médicos de vuelos y sus colegas astronautas hicieron objeciones en cuanto a la seguridad de dichos vuelos", ha explicado el doctor Richard Bachman, médico de las Fuérzas Aéreas estadounidenses y presidente del comité de expertos independientes que ha redactado el informe. A pesar del estado de los astronautas, "se permitió que volaran", ha concluido Bachman.
El informe indica que, cuatro décadas y media después de su funcadión, la agencia espacial no cuenta con un procedimiento de evaluaciones psicológicas rutinarias a su personal.
Shana Dale, subdirectora de la NASA, ha anunciado que la agencia "establecerá de inmediato los mecanismos y métodos para una evaluación permanente de los astronautas, que inlcuya la atención de la conducta de este personal".
En febrero el director de la NASA, Michael Griffin, estableció un comtié independiente para estudiar la asistencia médica del personal de misiones después de la detención de la astronauta Lisa Nowak, quien aparentemente hostigó e intentó secuestrar a una piloto de la Fuerza Aérea con la que se disputaba el amor de un astronauta.
Sabotaje en los transbordadores
Por otro lado, el representante de la NASA Bill Gerstenmaier reveló que un empleado de una empresa subcontratada por la agencia espacial había cortado los cables de un ordenador que iba a ser colocado en el transbordador Endeavour para proceder a su lanzamiento.
El trabajador subcontratado contactó con la NASA hace una semana, cuando se enteró de que otro ordenador había sido dañado de forma deliberada. Si el contratista no hubiese descubierto el problema, la agencia espacial lo habría detectado probando el ordenador antes del lanzamiento del Endeavour, por lo que el sabotaje no habría supuesto un riesgo para la seguridad.
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