Un tribunal israelí permite a una pareja fecundar a una desconocida con el semen de su hijo muerto

Tras cuatro años de batalla legal, una pareja israelí ha logrado que un juez les autorice para emplear el esperma de su hijo, un soldado muerto en la franja de Gaza en 2002, para inseminar a una mujer a la que él nunca conoció. Según el matrimonio, el hombre había expresado en varias ocasiones su deseo de tener hijos; por eso, tras su muerte, ellos eligieron a una chica entre las más de 200 que se ofrecieron para la labor con el fin de que se quedara embarazada y criara al vástago del finado.

El pasado lunes un tribunal de Tel Aviv dio luz verde a sus planes. Su abogado, Irit Rosenblum, ha contado a la radiotelevisión pública británica (BBC) que este fallo pone las bases para mantener una saga familiar incluso después de la muerte del varón y sin permiso escrito de éste.

Keivin Cohen murió en 2002, pero su esperma quedo almacenado en un hospital israelí. Los médicos se negaron a dárselo a sus padres alegando que sólo la esposa del muerto tendría derecho a obtenerlo. Por desgracia (o no), Cohen, de 20 años de edad, no estaba casado. Tampoco se le ocurrió dejar por escrito que deseara tener descendencia. Pero sus padres están convencidos de que ésa era su voluntad. Y a probarlo ante el juez han dedicado todos sus esfuerzos.

Para ello, han prestado declaración familiares y amigos del soldado, que han asegurado que es cierto que quería tener hijos. Al tiempo, el matrimonio pedía voluntarias para ser inseminadas y criar al niño; según la madre, se ofrecieron más de 200 mujeres. Eligieron a una de 25 años. Ya sólo faltaba el permiso del juez para que el hospital les diera el semen de su hijo.

Y lo lograron el lunes. “Es un sueño hecho realidad. Por una parte, perdieron a un hijo, pero en la otra han logrado algo de esperanza”, ha declarado Rosenblum.