Olores bajo el agua
Un científico de EE UU descubre que las burbujas permiten a algunos mamíferos olfatear bajo el agua, en contra de lo que se creía
Pese a que hasta ahora se creía lo contrario, algunos mamíferos son capaces de olfatear debajo del agua y lo consiguen gracias a la producción de burbujas, según revela un estudio publicado en la revista británica Nature. El profesor Kenneth Catania, de la Universidad Vanderbilt de Nashville (Estados Unidos), descubrió que algunos animales tienen esta facultad tras hacer una prueba con dos especies semiacuáticas, el topo de nariz estrellada (Condylura cristata) y la musaraña acuática (Sorex palustris).
Hasta ahora se daba por hecho que, como normalmente los olores se transportan por el aire, el sentido del olfato se perdía en un medio líquido. Sin embargo, el experimento del profesor Catania demuestra que tanto el topo como la musaraña son capaces de generar burbujas de aire que transportan los olores dentro del agua. El académico decidió realizar la prueba al observar que un topo de nariz estrellada que estaba estudiando producía muchas burbujas cuando nadaba.
El experimento consistió en comprobar si los dos mamíferos eran capaces de oler e identificar cosas depositadas en el fondo de un tanque de agua, dos de ellas comestibles -lombrices y peces pequeños- y varios montones de cera. Mediante una cámara de alta velocidad, el profesor constató que, al dirigirse a los objetos, el topo emitía burbujas por la nariz, que tocaban el objetivo deseado antes de ser inhaladas de nuevo por el animal.
¿Qué pasa con las focas?
Para asegurarse de que la aparente habilidad del topo para detectar el alimento no se debía a su particular hocico, que tiene 22 apéndices carnosos y es muy sensible al tacto, el experto le puso una especie de bozal por el que no podían pasar esos apéndices, aunque sí las burbujas. Así pudo demostrar que los topos podían identificar los objetos comestibles sólo a través de su olfato y no "palpándolos". Cinco topos que participaron en un experimento con lombrices lograron detectarlas en al menos el 75% de los casos. En el caso de una prueba con pescados, dos topos observados identificaron el alimento en un 85 al 100% de los casos.
Después el bozal fue sustituido por una pantalla por la que no podían pasar ni siquiera las burbujas. En ese caso, los animales sólo acertaron a dar con la comida por casualidad. Catania también observó a varias musarañas con resultados parecidos. La técnica que emplean estos animales consiste en exhalar multitud de pequeñas burbujas que después vuelven a inhalar para extraer moléculas de olor. Ese comportamiento olfativo, que se da de cinco a diez veces por segundo, es similar al que tienen especies terrestres como ratas y ratones, explica el experto en Nature.
El descubrimiento "fue una sorpresa total, ya que la creencia más extendida es que los mamíferos no tienen sentido del olfato debajo del agua", señala. "Cuando los mamíferos se adaptan a vivir en el agua, su sentido del olfato suele degenerar -añade el profesor-. El principal ejemplo son los cetáceos, como ballenas y delfines, la mayoría de los cuales han perdido su sentido olfativo". Tras descubrir que el topo de nariz estrellada y la musaraña acuática conservan la cualidad de oler bajo el agua, Catania se pregunta ahora si otros mamíferos, como nutrias o focas, tienen una habilidad similar.
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