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La química, clave en el sonido especial de los violines Stradivarius

Un componente utilizado para rellenar las grietas hace su madera más dura y afecta a las propiedades acústicas del instrumento

La química es la clave del sonido especial que emana del violín que fabricó en el siglo XVIII el italiano Antonio Stradivarius, según publica esta semana la revista científica británica Nature. Entre las numerosas teorías que se habían esgrimido hasta la fecha para explicar el peculiar sonido de este instrumento, los expertos habían barajado el uso de un esmalte especial en su fabricación o la luminosidad del sol en los siglos XVII y XVIII.

El argumento de esta última hipótesis se apoyaba en que la menor energía solar que había durante esos periodos contribuía a que el crecimiento de los árboles fuera menor, con lo que la madera con la que se fabricaba el Stradivarius era más densa y mejor para lograr propiedades acústicas superiores.

No obstante, el estudio que llevaron a cargo expertos de la Universidad de Texas (EE UU) apunta a que la madera usada para esos preciados violines pudo haber sido procesada químicamente para preservar y realzar la calidad del sonido. Pruebas de los mismos tratamientos químicos se hallaron también en los instrumentos creados por la familia Guarneri, de Cremona (Italia), casi tan valorados como los Stradivarius.

A partir de pequeñas virutas

En su investigación, los expertos emplearon sofisticadas técnicas de escáner para analizar pequeñas virutas de madera extraídas de cinco instrumentos antiguos que estaban siendo reparados. Los instrumentos analizados fueron un violín Stradivarius de 1717, un chelo Stradivarius de 1731, un violín Guarnerius de 1741, uno fabricado en París en la década de 1840 por Gand-Bernardel y una viola hecha por Henry Jay en 1769, en Londres.

Los análisis con espetroscopia infrarroja y con resonancia magnética nuclear probaron que en la fabricación de los valiosos violines se recurrió a tratamientos químicos, aunque no ocurría lo mismo en los instrumentos procedentes de París y Londres.

"Nuestros hallazgos respaldan la idea de que en la fabricación de estos violines se emplearon tratamientos químicos, como la oxidación y la hidrólisis, y en menor medida en los chelo Stradivarius", indicaron los expertos. Anteriormente, Joseph Nagyvary, uno de los científicos encargados de dicho estudio, había sugerido que un químico italiano de Cremona había fabricado un tratamiento con conservantes químicos para desprenderse de la carcoma de la madera.

Ese componente podría haber servido para rellenar las grietas en la madera porosa, haciéndola más dura y afectando, a la vez, a sus "propiedades mecánicas y acústicas".

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