El satélite europeo 'CryoSat' se estrella en el Polo Norte poco después de su lanzamiento
Su misión era estudiar el hielo de los polos para establecer cómo les influye el cambio climático
¿Qué ha pasado con el satélite meteorológico CryoSat? Según la versión rusa, la sonda, lanzada esta tarde por la Agencia Espacial Europea (ESA) desde el cosmódromo ruso de Plesetsk, ha caído poco después en las aguas del mar de Lincoln, cerca del Polo Norte. Sin embargo, la ESA insiste en que desconoce dónde está el satélite y no confirma que explotara tras su lanzamiento.
Según ha informado el general Oleg Gromov, comandante adjunto de las Tropas Espaciales de Rusia (TER), el satélite dejó de responder a las comunicaciones del centro de control de Plesetsk a los seis minutos del lanzamiento, es decir, a las 17.08 hora de la España peninsular, ya que el cohete lanzador no ha llegado a separarse del satélite. Según esta fuente, la caída del satélite en el mar se ha producido dos horas después del lanzamiento. Por su parte, una portavoz de la ESA ha confirmado a Efe que la agencia espacial no recibió las primeras señales que CryoSat debía mandar tras el lanzamiento, pero ha asegurado no tener constancia de las informaciones procedentes de Moscú que aseguran que el satélite ha estallado tras el despegue.
En este sentido, la misma fuente ha subrayado que la ESA no ha recibido la confirmación de la Agencia Espacial Rusa de que la nave se desintegrara seis minutos después del lanzamiento, al tiempo que ha reiterado que la misión "todavía no está perdida". Antes de que se produjeran las declaraciones de Gromov, el director de vuelo de la misión, Alan Smith, había hecho saltar las alarmas al admitir: "No sabemos dónde está el satélite porque no hemos recibido ninguna señal desde las estaciones espaciales que debían recibirlas". Según la ESA, el satélite debía desprenderse de la última etapa del lanzador Rokot, llamada Breeze, una hora y media después del lanzamiento y que la base belga de Redu debía haber recogido la primera señal.
135 millones y cinco años de trabajo
Tras esta maniobra, el satélite, con un peso de 700 kilogramos, debía situarse en la órbita polar desde la que dar vueltas a la Tierra a una altura de 720 kilómetros para realizar las mediciones con sus dos radares interferométricos y observar las modificaciones en las superficies de hielo polares. El jefe de la empresa de cohetes espaciales Krunichev, que fabrica los Rokot, Alexandr Medvedev, ya ha presentado "sus disculpas a los clientes extranjeros". Con todo, el general ruso ha negado que la caída del satélite en las aguas cercanas al Polo Norte pueda dsuponer daño ecológico alguno a la zona.
Las TER han creado una comisión de emergencia para analizar lo ocurrido, aunque ha exculpado por adelantado al equipo de lanzamiento de Plesetsk, cuya labor ha calificado de "excelente". Sea como sea, hasta que se aclaren las causas del accidente, "los lanzamientos de los cohetes portadores Rokot serán aplazados", ha agregado Gromov. La misión, que parece haber fracasado, comenzó a las 17.02 hora de la España peninsular, momento en el que se produjo con éxito el lanzamiento del satélite a bordo de un cohete Rockot, desde ls base militar rusa, situada a 800 kilómetros al noreste de Moscú, según explicó la ESA desde su sede de control de Darmstadt, al oeste de Alemania. El CryoSat era la primera misión del Programa de la ESA Living Planet (Planeta vivo), con el que la agencia colabora para entender el cambio climático en la Tierra.
La misión, que se ha desarrollado en cinco años, tiene un coste de 135 millones de euros, cinco veces menos que un satélite para comunicaciones. CryoSat iba a medir durante tres años los cambios de espesor y extensión en las capas de hielo de los casquetes y los océanos del Polo Norte y del Polo Sur, según los expertos de la ESA. Los científicos esperaban, con los datos acumulados por este satélite, poder cuantificar los efectos del cambio climático en los casquetes polares. Asimismo, se quería conocer mejor "cómo circulan las corrientes oceánicas y cómo se transporta el calor de un lugar a otro de la Tierra", según el director de la ESA en España, Vicente Gómez, que apuntó que también serviría para conocer mejor sucesos como los huracanes del sur de EE UU y Centroamérica.
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