Un bombero con una grave lesión cerebral recupera el habla y la lucidez tras 10 años de silencio
Un equipo de especialistas estudia la sorprendente y espontánea recuperación del paciente, Donald Herbert
Un bombero neoyorquino, que sufrió una grave lesión cerebral cuando sofocaba un incendio en 1995, ha recuperado de forma espontánea la capacidad de comunicarse con los que le rodean. Tras estar dos mes y medio en coma, recuperó la consciencia pero había perdido tanto la vista como el habla y no reconocía a sus allegados. Al recobrar la lucidez, pidió inmediatamente ver a su esposa y a sus cuatro hijos, con los que pasó hasta 14 horas hablando. Los médicos tratan ahora de entender cómo es posible que un cerebro dañado vuelva de pronto a la realidad después de pasar 10 años de vida silenciosa, en una silla de ruedas y frente a la televisión en una clínica para ancianos.
Según publica hoy el diario The Buffalo News en su edición electrónica, Donald Herbert, de 43 años de edad, resultó gravemente herido hace 10 años, el 29 de diciembre de 1995, cuando trataba de apagar un fuego en un edificio de apartamentos de Buffalo (al norte del Estado de Nueva York). El tejado se derrumbó sobre él y Herbert quedó sepultado bajo los escombros ardientes de la casa y sin oxigeno durante seis terribles minutos antes de ser rescatado. El bombero fue trasladado a un hospital, donde permaneció en coma durante dos meses y medio.
Pese a salir del estado comatoso, Herbert sufría una grave lesión cerebral que le dejó la vista y el habla seriamente afectados, hasta el punto de que sólo podía emitir balbuceos apenas inteligibles. Tampoco reconocía a su familia ni amigos. Después de estar varios años hospitalizado y de pasar otros siete internado en una residencia para ancianos de la localidad de Orchard Park, cerca de Buffalo, el bombero recuperó bruscamente el pasado sábado la capacidad de comunicarse, lo que provocó la natural conmoción en el centro asistencial.
"Les llamó por nombre"
Hablador y lúcido por primera vez en 10 años, Herbert reclamó a sus cuidadores la presencia de su esposa, Linda, y de sus cuatro hijos. Con ellos y otros familiares y amigos departió durante 14 horas, hasta que entró en un profundo sueño que se prolongó durante casi 30 horas. En nombre de la familia, su tío, Simon Manka, ha indicado en un comunicado que Herbert "reconoció a varios miembros de familia y los amigos y les llamó por nombre". En una rueda de prensa convocada esta tarde para informar de la evolución de Herbert, Jo Ann Cavanaugh, portavoz del Sistema de Salud Católico, que gestiona la clínica de ancianos, ha explicado que el paciente mantiene la mejoría, pero no en el asombroso grado que mostró el sábado.
La familia se ha mostrado muy cautelosa ante el sorprendente cambio en el estado del paciente, que es analizado por un equipo de especialistas. Mientras la ciencia busca una explicación, muchos hablan ya de un milagro. El caso recuerda a otro que se produjo el pasado mes de febrero también en EE UU, en concreto en Hutchinson (Kansas). Sarah Scantlin, de 38 años, comenzó a hablar de nuevo a pesar de las graves secuelas cerebrales que sufría desde los 18 años, tras sufrir un atropello que la dejó además totalmente inmovilizada.
Durante 20 años, todo el sistema de comunicación de Sarah se había reducido a un parpadeo para decir no y dos para indicar sí. Sarah empezó a hablar en enero, pero no quiso decírselo a su familia hasta poder hacerlo con fluidez. La madre, Betsy Scantlin, se enteró por teléfono. "Hola, mamá", fue lo primero que escuchó. "¿Sarah, eres tú?", preguntó incrédula. "Sí", contestó Sarah roncamente. "¿Cómo estás?, preguntó Betsy. "Bien". "¿Necesitas algo?". "Maquillaje". La recuperación de Sarah ha sido tan asombrosa que los médicos no le encuentran una explicación. "Quizá se han restaurado algunos circuitos neuronales", opinó su médico, Bradley Scheel.
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