Japón aceptará que el ITER se levante en Francia a cambio de contratos para su construcción
El Gobierno de Tokio ha aceptado una propuesta del francés, según el diario 'Yomiuri'
Japón está resuelto a renunciar a su candidatura para albergar el reactor experimental de fusión nuclear (ITER) y a aceptar que lo acoja la localidad francesa de Cadarache. A cambio, según publica en su edición de hoy el diario japonés Yomiuri, obtendrá contratos para las tareas de construcción del proyecto, valorado en unos 10.000 millones de euros a lo largo de 30.
Cadarache y la localidad japonesa de Rokkasho Mura, en la provincia septentrional de Aomori, son las finalistas en el concurso para convertirse en la sede del ITER, un reactor de fusión nuclear suministrador de energía limpia y segura a partir de hidrógeno proyectado por la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Rusia, China y Corea del Sur. La decisión oficial se anunciará en junio.
Según el Yomiuri, la decisión japonesa "es el resultado de recientes negociaciones extraoficiales con la UE". Esta información confirmaría las declaraciones realizadas ayer por el presidente galo, Jacques Chirac, quien mostró su plena seguridad de que el ITER será finalmente construido en esa localidad del sureste francés. "Lo tendremos en Cadarache (...) estamos finalizando las negociaciones con Japón", aseguró en una entrevista emitida por televisión.
Horas antes de estas afirmaciones, un portavoz del Ministerio japonés de Asuntos Exteriores había indicado en París que Japón "aún no ha tomado una decisión al respecto". El ministro de Asuntos Exteriores japonés, Nobutaka Machimura, está en la capital francesa para entrevistarse hoy con su homólogo Michel Barnier.
Reactor termonuclear
El ITER estará compuesto de instalaciones en las que se reproducirán las reacciones de fusión que tienen lugar en el sol, uniendo los núcleos de moléculas de hidrógeno pesado y tritio a más de 100 millones de grados centígrados. La energía que producirá un gramo de este combustible atómico en el ITER será equivalente a la liberada por el consumo de ocho toneladas de petróleo. Al contrario que las actuales centrales nucleares, los reactores termonucleares no producen peligrosos desechos radiactivos, sino que liberan helio, un gas inerte e inofensivo.
Bajo la inspiración del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el proyecto ITER (siglas en ingles que forman además la palabra latina "camino") es el programa de cooperación científica internacional más importante tras la Estación Espacial Internacional.
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