La CEACCU denuncia que los niños ven 218 minutos de televisión y pasan 300 minutos en la escuela

Los niños ven la televisión una media de 218 minutos (tres horas y 40 minutos) diarios, lo que contrasta con una jornada escolar media de 300 minutos, según un sondeo sobre hábitos de consumo de televisión y nuevas tecnologías de la infancia y la juventud, realizado a cerca de 900 familias y presentado hoy en Madrid por la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU). Según la CEACCU, los niños españoles son los que más tiempo pasan delante del televisor después de los ingleses. Ante esta situación, el informe constata que cerca del 45% de las familias no percibe el riesgo de unos malos hábitos de consumo televisivo para sus hijos, lo que muestra la "desorientación y permisividad" de los padres, que a su vez denuncian en un 90% la falta de colaboración de las televisiones en la emisión de programas adecuados.

Además, 800.000 menores de 14 años ven la tele después de las diez de la noche y el 10% de los menores de seis años está delante del televisor después de las 21 horas. El estudio llama la atención sobre el hecho de que cuatro de cada diez familias no pone límite al tiempo que pueden ver sus niños la televisión, y cerca del 30% o no habla con sus hijos sobre los programas que ven o si lo hace no le hacen caso. Además, en más de la mitad de los casos se reconoce tener la televisión encendida aunque no se esté viendo. Y lo que es más grave, el 40% de los padres de niños de seis a 12 años no cambia de canal o apaga la televisión si están viendo un programa no adecuado para el menor.

Según el informe, los niños españoles empiezan a ver la televisión entre los 3 y 4 años (40%), lo hacen durante una media diaria de 218 minutos y cada vez en mayor medida en soledad (el 12% de los mayores de 12 años ven más televisión en su cuarto que en el salón). En cuanto a sus horarios, la gran mayoría ve la televisión por la tarde (60%). Así, el 92% de los niños prefiere ver la televisión al volver del colegio antes de jugar (86,3%), merendar (85%) o, por su puesto, hacer los deberes. Sin embargo, al preguntar a los niños cuál es su actividad favorita para los ratos libres, la televisión se desplaza a la tercera posición, después de jugar con los amigos y hacer deporte.

Desplazamiento de la audiencia infantil

La presidenta de CEACCU, Isabel Ávila, ha señalado en rueda de prensa que hasta los seis años son los dibujos animados la opción elegida pero, a partir de esa edad, van ganando terreno las series, concursos o programas juveniles ante la "escasez y falta de calidad" de la programación infantil. Así, entre los programas más vistos por los niños la pasada temporada se sitúan las teleseries Ana y los siete, Los Serrano, Aquí no hay quien viva y Gran hermano, cuyos contenidos son para adultos y que se emiten a partir de las diez de la noche, "cuando la legislación no protege" a los menores.

Ávila ha señalado que "nueve de cada diez familias (el 90%) denuncian que las cadenas no emiten programas adecuados para los niños". La presidenta de CEACCU ha subrayado que el estudio confirma la "situación alarmante" denunciada ayer por el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ante los "evidentes prejuicios" que tienen sobre los menores de unos contenidos televisivos repletos de "zafiedad y violencia". Por su parte, la responsable de prensa de CEACCU, Yolanda Quintana, ha subrayado la "amplia permisividad de los padres y la desorientación que tienen porque no saben hasta qué hora deben ver la televisión los niños ni dónde reclamar".

Así, el 40% de los padres de los menores de 12 años considera que sus hijos ven la televisión "poco" o "muy poco", mientras que el 45% opina que los programas "no tienen efectos buenos ni malos para la formación de los niños". Para sensibilizar a las familias en un "consumo más crítico y racional" de los medios audiovisuales, CEACCU ha editado la guía ¿Pantallas amigas?. En ella, se recomienda la selección de los programas, equilibrar su consumo con el tiempo que los pequeños dedican a la lectura o el deporte, cuidar que la televisión no se convierta en la única fuente de información, promover un espíritu crítico "necesario" para interpretar los mensajes y tomar conciencia de sus derechos como consumidores.