Se cumplen 35 años de la pisada más lejana
El 21 de julio de 1969 el hombre se posaba en la Luna
Tal día como hoy, 21 de julio, pero de 1969 el hombre se posaba en la Luna. Eran las 03.56 de la madrugada, hora peninsular española, cuando Neil Armstrong dejaba la huella de su pie izquierdo en el Mare Tranquilitatis. Las pocas y afortunadas familias españolas que tenían televisión pudieron seguir junto a otros 500 millones de espectadores de todo el mundo lo que llegó a considerarse y aún se considera uno de los grandes hitos de la historia de la Humanidad, junto al descubrimiento del fuego o a la invención de la rueda, aunque después han sido muchas las veces en las que se ha puesto en duda que aquel acontecimiento llegara a producirse.
El 16 de julio de 1969, el cohete Saturno V despegaba de la plataforma situada en cabo Kennedy impulsando al Apolo XI, que contenía el módulo de comando Columbia y el módulo lunar Águila. En su interior estaban Armstrong, de 38 años, jefe de la misión; Edwin E. Aldrin (Buzz), de 39, piloto del Águila; y Michael Collins, de 38, piloto del Columbia.
Después de recorrer los 380.000 kilómetros de distancia entre la Tierra y la Luna, el 19 de julio los astronautas circunvalaban el satélite y se colocaban en una órbita a unos 110 kilómetros de la superficie lunar. Armstrong y Aldrin pasaron al Águila mientras Collins se convertía en el "hombre más solitario del Universo", al hacerse cargo de la dirección del Columbia.
Un paso para el hombre, un salto para la Humanidad
El día 20 se efectuaba la operación de separación del módulo Águila, con el que los astronautas recorrieron los kilómetros que les separaban de la Luna. Eran las 03.42 horas de la madrugada del 21 de julio cuando el Águila se posaba en la Luna y se pudo oír a Armstrong decir: "Aquí Base de la Tranquilidad. El Águila ha aterrizado".
Tras este breve contacto, iniciaron la operación de despresurización de la cabina, comprobaron que todo marchaba según lo previsto y entonces abrieron la escotilla. A las 03.56 Armstrong colocaba su pie izquierdo en la superficie lunar mientras su compañero le dirigía. A las 04.16 Aldrin se unía a él y Armstrong dijo aquella famosa frase de "es un pequeño paso para el hombre, un salto gigante para la Humanidad".
La proeza necesitó diez años de preparación para poder ser llevada a cabo con éxito, del trabajo de 350.000 personas y de un presupuesto de 24.000 millones de dólares, el programa espacial más costoso del Gobierno de EE UU en su lucha sin cuartel contra la ya extinta Unión Soviética.
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