Los niños de Siete Aguas fuman por San Blas

Una curiosa y controvertida tradición vive sus últimos coletazos en la localidad valenciana de Siete Aguas. Allí, y con motivo de la festividad de San Blas, los niños y niñas de más de nueve años fuman tras las celebraciones religiosas con el consentimiento de sus padres. La costumbre ha sido duramente criticada por la Consellería de Sanidad autonómica, y el alcalde de Siete Aguas, que dejó de fumar hace 13 años, cree que debe desaparecer.

Todos los años, cuando llega San Blas, los vecinos de Siete Aguas acuden a las 12 del mediodía a una misa con honor al patrón. Tras la ceremonia religiosa, los niños del pueblo llevan una imagen del santo hasta una ermita en la que el párroco unge con aceite las gargantas de los pequeños con el objetivo de que San Blas las proteja. Después, "y con la garganta protegida", los menores se reúnen y se fuman, algunos de ellos por vez primera, un cigarrillo.

El alcalde de la localidad, Rafael Zahonero, ha explicado que la celebración de la Zorda, como llaman a esta festividad en el pueblo, es una tradición "de toda la vida", aunque cree que debe desaparecer. De hecho, Zahonero ha anunciado que el próximo año el Ayuntamiento tratará de "evitar que los niños y niñas fumen, compensándoles con otra cosa".

"Tengo 50 años y toda mi vida he conocido esta tradición", explica Zahonero, quien recuerda que en 1957, cuando un niño tenía 10 o 12 años, "se liaba el primer pitillo o bebía una copa de anís, y los padres se lo dejaban hacer". En todo caso, el alcalde ha reconocido esta tradición " habrá que cortarla algún día porque estamos perjudicando a los niños".

El presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría, Carlos Paredes, ha asegurado a la agencia EFE que se ha quedado "perplejo" al conocer esta tradición y ha dejado claro que "como médico y como pediatra" defiende "que eso no se realice". "Me parece fatal y no le veo el significado que tiene, a lo mejor la gente de Siete Aguas sí lo ve", ha explicado Paredes, miembro de un programa creado por la Conselleria de Sanidad para la prevención del tabaquismo activo y pasivo, con el fin de retrasar al máximo la incorporación de los niños y niñas al tabaco.