El Nobel de Química Roald Hoffmann presenta en Madrid un poemario de amor y ciencia
Las moléculas y células eucariotas se mezclan en 'Calista' con aventuras y traumas de su niñez
¿Quién dice que la ciencia no tiene nada que ver con la poesía? Roald Hoffmann, premio Nobel de Química 1981 ha presentado hoy en Madrid Catalista,su primer poemario traducido al español. La moléculas, las células eucariotas y la metástasis versifican en las páginas del libro con las aventuras y traumas de la niñez del científico y poeta, un judío polaco cuya familia fue perseguida por los nazis.
"Los científicos y los poetas compartimos la necesidad de observar nuestro entorno y concentrar la información en pocos signos", ha declarado durante la conferencia de prensa el químico, reconocido en su campo por enunciar teorías acerca de la simetría orbital de las moléculas.
Los poemas escogidos en Catalista, además de referirse al amor o a la ciencia, reflejan las vivencias que él y su madre sufrieron durante la persecución nazi en Polonia hasta que se trasladaron a Estados Unidos, donde prosperó como químico y asumió el inglés como lengua materna.
'Toledo'
Uno de estos poemas, de edición bilingüe hispano-inglesa, se titula Toledo y fue compuesto por el químico tras su primera visita a la ciudad manchega, a la que sintetiza en expresiones como "duras lecciones de cómo la materia encuentra la luz". "La sociedad de los países desarrollados está más necesitada de poesía que de avances científicos", ha declarado Hoffmann, de 65 años, quien ha asegurado que "tanto la ciencia como la poesía forman parte de la naturaleza humana porque con ellas transformamos, clasificamos y damos nombre al mundo en que vivimos".
En opinión de este ganador del premio Nobel, una fórmula química encierra hechos instructivos y representa una historia, al igual que las narraciones que se transmiten como mitos de generación en generación. Hoffmann ha ejemplificado la utilidad de la ciencia como fuente de ideas e imágenes poéticas al describir la belleza de los cristales de las sustancias radiactivas, que "al principio están perfectamente ordenados en una preciosa matriz pero, con el paso del tiempo, su claridad se enturbia y se hace brumosa, imperfecta".
"La metáfora es muy importante en el mundo de la ciencia, pero no se le da importancia porque no transmite una idea cuantitativa ni es fácil trasladarla a una teoría científica", ha declarado el químico, quien dice haber mejorado su sentido de la comunicación gracias a la poesía. Hoffmann ofrecerá esta tarde una lectura de poemas y dará mañana una conferencia dentro del ciclo Agora para la Ciencia, en la Residencia de Estudiantes de Madrid del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
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