_
_
_
_
_
Nobel de Física 2002

Tres exploradores del Universo

Los tres premiados por la Academia Sueca parten de los elementos mínimos del Universo para explicar los elementos más grandes

La labor de los tres astrofísicos premiados hoy por la Academia Sueca coincide en un punto: todos parten de los elementos más mínimos del cosmos para explicar a través de éstos el comportamiento de astros mayores, desde el sol a las galaxias y las supernovas.

Raymond Davis jr., de 87 años y actualmente en el departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia), fue el primer científico que detectó los neutrinos, formados en los procesos de fusión del sol y otras estrellas, cuando el hidrógeno se transforma en helio.

Más información
La Academia Sueca premia a tres astrofísicos por abrir "nuevas ventanas del Universo"

El científico estadounidense desarrolló un detector de neutrinos en una antigua mina de oro de Dakota del sur y a partir de ahí, a lo largo de tres décadas de investigaciones, llegó a registrar 2.000 neutrinos solares y a demostrar que el origen de la energía solar es la fusión.

Davis se jubiló en 1984, pero ha seguido investigando en la Universidad y este año fue distinguido por la Medalla Nacional de las Ciencias por el presidente George W. Bush.

Masatoshi Koshiba, de 76 años y nacido en Aichí (Japón), se inició en la investigación en la Universidad de Rochester de Nueva York y es profesor honorario en la Universidad de Tokio, donde se mantiene en activo como investigador.

Junto con Davis, es un pionero en el estudio de los neutrinos y, también como su colega, se encontraba en las quinielas de los candidatos al Nobel de Física. Comparte asimismo el investigador estadounidense el honor de haber demostrado que los neutrinos -contrariamente a lo que se creía- tienen una masa.

Koshiba siguió desde Japón el camino trazado por Davis y puso en funcionamiento en su país un detector similar al del norteamericano, con el que avanzó en las investigaciones de los neutrinos, hasta llegar a establecer, en 1998, la existencia de una masa.

Riccardo Giacconi, por último, el tercer astrofísico galardonado, debe su Nobel de Física al descubrimiento de las fuentes cósmicas de los rayos X. Italiano de origen (nació en Génova en 1931) se doctoró por la Universidad de Milán y posteriormente se trasladó a Estados Unidos, cuya nacionalidad adoptó.

Ejerció en la División de Astrofísica de Harvard y en el Instituto de Ciencia Telescópica Espacial de Baltimore, hasta que en 1993 se convirtió en director del Observatorio de Europeo de Garching (Alemania).

Desde 1999 es presidente de la Associated Universities de Washington y, como sus compañeros, se mantiene en activo como investigador. Además, Giacconi desarrolló el instrumento con el que se descubrió la primera fuente de rayos X exterior a nuestro sistema solar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_