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INGENIERÍA

Arranca en Algeciras el traslado del mayor dique del mundo hacia el puerto de Mónaco

La compleja obra de ingeniería, contruida por Dragados y FCC, ha costado 150 millones de euros

El dique flotante más grande del mundo, una compleja obra de ingeniería de 350 metros de largo, 30 de ancho, 165.000 toneladas de peso y un coste de 150 millones de euros, parte hoy de los astilleros de Algeciras hacia el puerto deportivo de La Condamine, en Mónaco. Si lo permiten las condiciones meteorológicas, que el lunes ya obligaron a aplazar la salida, el ingenio llegará al Principado en unos 12 días, tras un trayecto sin escalas de 1.480 kilómetros por aguas del Mediterráneo a una velocidad de unos tres nudos por hora.

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El dique, considerado en el sector como una de las obras más originales y complejas que se han realizado últimamente en España, ha sido construido durante los dos últimos años y medio en la dársena Sur de los antiguos astilleros de Crinavis, en el puerto de Algeciras, el único en todo el Mediterráneo que podía albergar la gigantesca obra de ingeniería en la que han trabajado 700 operarios dirigidos por un grupo de 40 ingenieros.

Los números son el mejor reflejo de la faraónicas dimensiones del ambicioso proyecto encargado por el Principado de Mónaco a empresas españolas BTP Dragados y FCC y la francesa Bec-Freres para aumentar en seis hectáreas la superficie de su lujoso puerto deportivo. Tan largo como la altura de la Torre Eiffel, para su construcción se han empleado 43.000 metros cúbicos de hormigón y unas 13.500 toneladas de acero.En total, el gigantesco malecón artificial mide 350 metros de largo, 30 de ancho, pesa 165.000 toneladas de peso y ha costado 150 millones de euros, aunque el coste total del proyecto asciende a 251.

Una cifra que el Principado está seguro de amortizar ampliamente con un detallado plan de aprovechamiento de los 15.000 nuevos metros cuadrados que a partir de ahora podrá explotar. "Resultará ciento por ciento rentable, ya que cada crucero de lujo traerá pasajeros" con gran capacidad de consumo, ha comentado un portavoz del Principado monegasco.

Muelle, oficinas, comercios y faro

Concebido para durar 100 años, el dique, que hará las veces de muelle, dispondrá de todos los complementos necesarios para facilitar el atraque de cruceros de más de 200 metros de eslora. En la estructura superior se alojarán nuevas oficinas de la autoridad portuaria, zonas comerciales, paseos peatonales y calzadas para la circulación rodada, mientras que en el extremo norte está prevista la instalación de un faro restaurante.

Para instalarlo, los ingenieros han elegido un lateral del puerto de La Condamine, donde quedará amarrado por medio de una rótula metálica gigante de casi 700 toneladas y ocho metros de diámetro, fabricada en Francia por NFM Technologies, capaz de soportar esfuerzos laterales y verticales de hasta 100.000 toneladas y que reposará sobre cuatro bases de hormigón armado, dos de 4.000 toneladas y otras dos de 37.000, que han sido construidas en el puerto francés de la Ciotat, debido a la imposibilidad de fabricarlos in situ por la gigantismo de la obra, y que luego fueron transportados hasta Mónaco y sumergidos. La posición de estos pilares fue calculada con el apoyo de los receptores GPS de localización por satélite.

Los giros que permite la rótula atenuarán el esfuerzo de los materiales y el movimiento causado por el oleaje, pues la flotación del cajón no es libre, ya que sólo de esta forma es posible contrarrestar la energía del impacto del oleaje sin experimentar un gran movimiento.

La última pieza de este mecano, concebido para resistir seísmos y los golpes de mar, la constituye un contra-dique de 145 metros de largo y 50.000 toneladas que se instalará en la prolongación del puerto Louis II.

Está previsto que el dique llegue a Mónaco "entre el 26 y el 30 de agosto", dependiendo de las condiciones de navegación que encuentre en su trayecto.

El príncipe Rainiero de Mónaco y su hijo Alberto, en una visita a las obras del dique.
El príncipe Rainiero de Mónaco y su hijo Alberto, en una visita a las obras del dique.

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