La fatiga impide al Papa concluir el primer discurso de su visita a Azerbaiyán

El Papa Juan Pablo II ha llegado este mediodía a Azerbaiyán, primera etapa de un viaje de cinco días que le llevará también a Bulgaria. Una gira marcada por la débil salud del Pontífice, quien, visiblemente cansado, no ha podido bajar por su propio pie las escaleras del avión y sólo ha podido leer un párrafo de su primer discurso.

Sentado en un sillón al lado del presidente del país, Gueidar Alíev, en el aeropuerto de la capital del país, Bakú, Juan Pablo II ha comenzado a leer el texto en ruso pero estaba tan fatigado y respiraba con tanta dificultad que el discurso lo ha continuado un miembro de su séquito. Al final, Juan Pablo II ha pronunciado unas cuantas palabras más en ruso.

En su brevísima alocución el Papa ha hecho un llamamiento en favor de la paz y ha dicho que las religiones no deben usarse para justificar la guerra, subrayando que "nadie tiene derecho a invocar a Dios para sus intereses egoístas".

Además, en otro signo inequívoco de debilidad, el Pontífice no ha bajado por primera vez las escalerillas del avión, sino que ha descendido por la parte opuesta utilizando una especie de montacargas.

En los últimos días, se ha visto a Juan Pablo II, que apenas puede caminar, extremadamente cansado, con un hilo de voz, con problemas de respiración y con dificultades para leer los discursos.

Ese deterioro físico, que no mental según todos los que le tratan a diario, ha hecho resurgir la idea de una eventual dimisión por motivos de salud, que él mismo se ha apresurado en desmentir al afirmar que seguirá "mientras Dios quiera" y al pedir a los fieles que recen para que pueda continuar al frente de la Iglesia en este tercer milenio.

Mensaje de paz y unidad

Con ese espíritu afronta su 96 viaje fuera de Italia en sus 23 años de Pontificado, sin importarle haber tenido que usar por primera vez un montacargas para subir al avión en lugar de las escalerillas esta mañana en el aeropuerto romano de Fiumicino. Sin embargo, el viaje es un claro desafío a la tenacidad y la fuerza del Pontífice, ya que pronunciará 11 discursos y recorrerá más de 6.500 kilómetros en dos helicópteros, tres aviones y varios autobuses.

En su visita de no más de 25 horas a Azerbaiyán, un país de ocho millones de habitantes mayoritariamente musulmanes, en el que se encuentra una de las comunidades católicas más pequeñas del mundo -120 católicos, dos sacerdotes y una iglesia-, dirigirá un mensaje de paz y unidad a católicos, musulmanes y ortodoxos.

Por su parte, el Gobierno de Bakú contempla el viaje como la ocasión para restablecer el equilibrio tras el viaje que el Pontífice realizó el año pasado a su vecina y rival, Armenia, con la que mantiene un contencioso por el Nargorno Karabaj, enclave armenio en Azerbaiyán anexionado en 1921, donde reina un alto al fuego, pero todavía no se ha firmado la paz.

El Papa, que el pasado sábado cumplió 82 años, presentará a Azerbaiyán, estado laico de larga tradición en materia de tolerancia religiosa, como un ejemplo para el resto del mundo. Tal y como adelantó el nuncio papal en la región, el monseñor Claudio Gugarotti, el mensaje del Vaticano es que este país es "un cruce entre Europa y Oriente" y por eso "el mensaje de paz partirá de aquí".

Durante la visita a Bakú también se tratarán las relaciones entre el Papa y la Iglesia ortodoxa rusa, bastante tensas a causa de su negativa a conceder al Pontífice su beneplácito para su visita a Rusia.

Una esperada visita a Moscú

Azerbaiyán, una antigua república soviética, acoge de hecho a una comunidad ortodoxa de casi 100.000 personas pero, por el momento, no está confirmada una entrevista entre Juan Pablo II y el obispo de la diócesis ortodoxa de Bakú y el Caspio, monseñor Alexander.

Juan Pablo II ya ha visitado siete países que formaron parte de la URSS -Letonia, Estonia, Lituania, Ucrania, Kazajistán, Armenia y Georgia- y con Azerbaiyán y a la espera de ir a Bielorrusia habrá cerrado el "cerco" hacia su anhelada visita a Rusia.

El itinerario previsto para la visita del Papa incluye una escala de gran contenido político, la visita a la Alameda de los Testigos, monumento oficiosamente dedicado a los soldados de Azerbaiyán que murieron en la guerra con Armenia por Nagorno Karabaj entre 1989 y 1994. Además, el Papa Wojtyla se reunirá con el presidente del país, Gueidar Aliev.

La visita a Azerbaiyán, durante la que se alojará por primera vez en un hotel, ya que no existe un edificio religioso para albergarlo, concluirá mañana tras celebrar una misa en el Palacio de Voleibol y reunirse con representantes musulmanes, ortodoxos y judíos. El Papa dejará Bakú por la tarde con destino a Sofía.

La etapa de Bulgaria, con una comunidad de apenas 80.000 católicos, tiene un marcado acento ecuménico, ya que este país es de mayoría ortodoxa, y permitirá al anciano Obispo de Roma hacer nuevos y vigorosos llamamientos en favor de la unidad de los cristianos.