Los ecologistas alemanes intensifican su protesta contra el convoy de residuos nucleares
La carga radioactiva, que está siendo transportada desde Francia, suma 1.500 kilos
Mientras, el convoy con residuos radiactivos procedentes de la planta francesa La Hague avanza hacia su destino bajo la estrecha vigilancia de cerca de 30.000 policías al cementerio nuclear de Gorleben (norte de Alemania).
Múltiples activistas antinucleares han realizado "acciones por sorpresa" entre Lüneburg y Dannenberg, el tramo ferroviario final del "viaje de retorno" de la basura atómica, originaria de centrales germanas y vitrificada en La Hague para entorpecer al máximo el paso del tren.
La llegada a Dannenberg se prevé esta tarde, aunque podría retrasarse en función de los obstáculos que le salgan al paso. La situación más complicada es la que se perfila en el tramo final de Lüneburg a Dannenberg, algo más de 50 kilómetros. Ésta es la estación de destino del tren y desde donde se procederá a la operación de traslado de los seis contenedores de residuos a los camiones que los transportarán durante el jueves al cementerio de Gorleben, a unos 20 kilómetros.
"No podemos impedir su paso, pero al menos lo obstaculizaremos cuanto sea posible", ha avanzado Wolfgang Ehmke, portavoz de la Iniciativa Cívica de Lüchow-Danneberg, que coordina las acciones.
Los antinucleares tampoco consiguieron detener los los anteriores transportes de 1995, 1996 y 1997. Su estrategia se concentra ahora en "encarecerlo" tanto como sea posible, visto que cada transporte ha sido más caro que el anterior y ha ido revestido de un mayor operativo policial.
Los convoyes de residuos a Gorleben forman parte del consenso nuclear pactado entre el gobierno roji-verde alemán y la industria del sector para el abandono de esa fuente de energía.
Los antinucleares protestan porque ello implica convertir esa región en cementerio atómico de Alemania y se sienten abandonados por el co-gubernamental partido de Los Verdes. su antiguo aliado "natural".
El transporte de residuos alemanes de vuelta a su país estaba interrumpido desde mayo de 1998 tras un escándalo sobre la contaminación de los contenedores. Los Gobiernos de ambos países decidieron reanudarlo el pasado 31 de enero tras atender la exigencia francesa de recoger las toneladas de "basura atómica" acumuladas en La Hague.
Hasta 2005 está prevista la llegada a la planta de La Hague, en la costa de Normandía, de 1.000 toneladas de combustible usado de las centrales nucleares alemanas para su tratamiento, según el acuerdo cerrado entre los dos países.
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