Los análisis de los casos sospechosos de fiebre aftosa en Francia dan positivo
Las pruebas efectuadas en los ovinos, sacrificados en el marco de las medidas preventivas tomadas la semana pasada en Francia, dieron positivo, precisó un portavoz.
Los ovinos infectados estaban en nueve explotaciones o centros de cinco departamentos de la región parisiense, el centro y el noroeste de Francia (Seine Saint-Denis, Oise, Vienne, Cher y Mayenne), agregó.
La semana pasada, con el fin de evitar el riesgo de contagio de la fiebre aftosa, que hace estragos en Gran Bretaña, el Ministerio de Agricultura francés ordenó el sacrificio de 50.000 ovinos (20.000 importados del Reino Unido y 30.000 franceses que estuvieron en contacto con ellos).
Los veterinarios tomaron muestras de parte de los ovinos sacrificados (el programa de destrucción debe completarse hoy lunes) para analizarlos.
Son estos análisis los que dieron positivo. El portavoz no pudo precisar en cuántos animales las pruebas dieron positivo.
Señaló que no necesariamente estaban enfermos, tan sólo que estaban en período de incubación o habían estado en contacto con animales enfermos o portadores del virus.
Según informa la agencia de noticias danesa Ritzau, la res sospechosa de padecer este mal en Dinamarca se encuentra en una granja cercana a la localidad de Lemvig, al oeste del país. Mañana se conocerán los resultados definitivos que permitirán conocer si la fiebre aftosa se ha extendido a Dinamarca.
Reino Unido, por su parte, ha sumado hoy diecisite casos de la enfermedad con lo que el total de brotes detectados en todo el país alcanza ya los 69.
Uno de los brotes, registrado en la zona de Dartmoor, ha sido calificado como "especialmente preocupante" por el Sindicato Nacional de Ganaderos, ya que en la zona hay unas 46.000 reses y ovejas, una de las mayores cabañas de Reino Unido.
La crisis de la fiebre aftosa ha abierto una polémica en torno a la posible relación entre los brotes de la enfermedad, los primeros en treinta años en el Reino Unido, y la práctica de la ganadería intensiva.
Esta posibilidad fue recogida el pasado viernes por el primer ministro británico, Tony Blair, quien en una reunión con granjeros sugirió que las presiones para producir carne barata pueden provocar la explotación intensiva del campo y causar enfermedades entre los animales.
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