Reino Unido prohíbe el movimiento de ganado tras la aparición de nuevos focos de fiebre aftosa
se cree que la granja de Northumberland es la fuente del brote de la enfermedad
El anuncio es consecuencia de las confirmación de dos nuevos focos de la enfermedad en sendas explotaciones. Anoche fue encontrado un nuevo foco en una granja porcina en Essex (sudeste de Inglaterra), la misma zona donde fueron detectados los primeros casos el martes. El cuarto foco ha sido encontrado hoy mismo en una explotación de Northumberland, al noreste de Inglaterra y ya se han impuesto zonas de exclusión de varios kilómetros en todas estas granjas para evitar que se extienda la enfermedad.
También se han impuesto zonas de exclusión en otras dos granjas: una en Buckinghamshire (al norte de Londres) y otra en la isla de Wight (sur de Inglaterra), por temor a que sus cabañas porcinas pudieran estar afectadas por la fiebre aftosa.
Pero el Gobierno no descarta la posibilidad de establecer más restricciones en cientos de granjas del país porque la enfermedad, aunque no afecta a la salud humana, es muy contagiosa para los animales y puede extenderse rápidamente.
Como medida de control, los responsables de más de cien explotaciones han recibido ya una notificación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para advertirles de que sus animales pueden ser sometidos a exámenes veterinarios los próximos días.
Las autoridades británicas han pedido al público que evite acudir a las zonas de exclusión, en tanto que ha recomendado a la gente que trabaja en el campo que extreme las medidas de higiene. Además, se han suspendido durante una semana las partidas de caza en el sur de Inglaterra.
El portavoz del Sindicato Nacional de Granjeros, Kevin Pearce, cree que en una semana se podrá establecer si van a aparecer más casos y ha recomendado vigilancia.
La fiebre aftosa, muy contagiosa entre vacas, cerdos, cabras, ovejas y ciervos, causa ulceraciones alrededor de la boca y las pezuñas de los animales y, aunque no es mortal, los debilita porque dejan de ganar peso y de producir leche.
Con el embargo impuesto el miércoles a las exportaciones de animales vivos, carne y productos lácteos, se calcula que las pérdidas para el sector llegan a los ocho millones de libras (unos 2.000 millones de pesetas) a la semana.
Desde que se conoció el primer brote el pasado martes, los precios del ganado han caído un 25% en el Reino Unido.
Esta crisis llega en el peor momento para los granjeros porque este año esperaban recuperarse del problema de la fiebre porcina del año pasado y de la enfermedad de las "vacas locas" de años recientes.
La encefalopatía espongiforme bovina (EEB), más conocida como mal de las "vacas locas", arruinó a muchos ganaderos británicos después de que en 1992 se revelara que podía haber un vínculo entre ella y su versión humana, la enfermedad de Creutzfeld Jakob (CJD).
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