Vuelven las melodías en technicolor de Pink Martini
Pink Martini pone banda sonora con sus canciones a los grandes iconos y divas de la música y el cine. La orquesta más estilizada de la música popular regresa este verano a los escenarios españoles.
Desde que en 1997 publicaron su primer álbum, aquel celebrado Simpathique y la canción del mismo título que invitaba a la pereza como ejercicio vital, la banda capitaneada por el pianista Thomas M. Lauderdale y las voces, primero de China Forbes y más tarde, de Storme Large, no ha dejado de seducir y hacer bailar con sus propuestas musicales. Pink Martini o la vuelta al mundo en ochenta ritmos: Mambo, swing, cha-cha-cha, samba, polka o aquel “Tuca Tuca” que volvía loca a Raffaela Carrá en la televisión italiana de los años 70. La única orquesta del mundo capaz de tocar melodía en technicolor. Éstos son algunos de sus mejores temas:
Moon River. La balada de la señorita Holly Golitghtly.
La alianza de un músico como Henry Mancini y de un letrista como Johnny Mercer tuvo como resultado una de las baladas más recordadas de la pantalla. Himno a la belleza y el recuerdo de las cosas amadas y quizás perdidas, la canción “Moon River” queda para siempre unida a la figura de Audrey Hepburn y la película Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961). La protagonista de Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953) y Sabrina (Billy Wilder, 1954) le ponía alma y chic a la nueva heroína contemporánea paseándose por la Quinta Avenida mientras la ciudad de Nueva York abre sus ojos de par en par. Nunca un vestuario, desde la “petite robe noire” al vestido cocktail de color rosa o la clásica gabardina, recogerán tantos elogios y comentarios, tributos y referencias. Audrey Hepburn y el diseñador Givenchy alcanzaba su Everest estilístico.
Amado mío. Bailando nació el mito.
Desde que la canción irrumpiera en la voz-y playback- de Rita Hayworth en la película Gilda (Charles Vidor, 1946) no ha dejado de viajar con diferentes equipajes e intérpretes. Rita Hayworth codifica su figura de nueva diosa del erotismo hollywoodense. El diseñador Jean Louis perfila su imagen de sex-symbol y reposo del guerrero que vuelve del frente bélico. En otra secuencia musical de la película, la canción “Put the Blame on Mame” provoca con un casto strip-tease- un solitario guante deslizándose de su brazo- a un atormentado Glen Ford. Enfundada en un vestido largo y sin tirantes de raso negro nacía el icono. La actriz une su figura con el personaje de Gilda. Como declarará años después, no sin cierta amargura: “Los hombres se van a la cama con Gilda, pero se despiertan conmigo”.
Quizás, Quizás, Quizás. El bolero siempre llama dos veces.
Cuando el directort Wong Kar-wai incluyó el bolero Quizás, quizás, quizás en su película In The Mood for Love sellaba ese sublime ejercicio de estilización –con el apoyo de la voz de Nat King Cole– que había creado sobre la historia de un amor imposible. También de amores imposibles y juegos melodramáticos respira la voz –donde siempre menos es más– de Sara Montiel cantando el tema creado por el compositor cubano Oswaldo Farrés. Exportadora de un star-system hollywoodense, Sara Montiel condensaba erotismo y glamur en el cine español rompiendo de paso algunos tabúes. Pedro Almodóvar le da a la canción y al mito y personaje una nueva vuelta de tuerca en La mala educación, ahora con el actor Gael García Bernal transformado en una drag queen que sueña con una imposible Sara Montiel versión blonde.
Santa Baby. La diva que sedujo a Santa Claus.
¿Las canciones navideñas pueden ser sexy? Respuesta afirmativa. Y si no escuchen a Eartha Kitt cantando al bueno de Santa Claus .Cuando apareció la canción “Santa Baby” en el año 1953 a más de uno se le atragantó la comida familiar navideña. La voz sugerente y felina de la cantante Eartha Kitt parecía barrer de un plumazo todo el almíbar melódico navideño, poniendo un manto de picardía sobre la hasta entonces blanca e inmaculada navidad. La señorita Kitt que en el futuro habría de distinguirse por sus osadías y voluptuosidad, reclamaba la atención del vecino del Polo Norte con una serie de extravagantes demandas. Para su volumen dedicado a las melodías navideñas Pink Martini incluye su versión en la voz de Storm Large, como no, cargada de sensualidad.
Que será, será. El icono doméstico.
El canto angustiado de Doris Day en la película El hombre que sabía demasiado (Alfred Hitchcock, 1956) en el papel de una madre que busca a su hijo secuestrado fue compartido solidariamente por los espectadores de los cines de todo el mundo. La canción, “Que será, será” acabaría escapándose de celuloide para convertirse en uno de los temas más populares de la década de los años cincuenta. Estrella del musical y de la comedia, Doris Day, con sus peinados, vestidos, abrigos, sombreros y otros accesorios, crea un estilo al gusto de toda la familia convirtiéndose en uno de los iconos más populares de la pantalla entre los años cincuenta y sesenta.
Get Happy/Happy Days. Judy Garland & Barbra Streisand. El dúo que hizo historia.
Entre las secuencias históricas de los shows televisivos el encuentro entre una jovencísima Barbra Streisand y una leyenda del espectáculo como Judy Garland sigue figurando como uno de sus momentos más intensos y electrizantes. La primera, Barbra Streisand, está a punto de embarcarse en el musical Funny Girl , la obra que la confirmará como la nueva estrella del espectáculo, Judy Garland, por su parte, lejanos los tiempos de los grandes musicales de la Metro, encuentra en el teatro y los conciertos en directo, una segunda edad de oro. Ahora, las dos juntas, frente a la televisión, unen sus voces en este canto a favor del derecho a la felicidad encadenando la propia historia del espectáculo y su presente continuo.
* Pink Martini actúa el 7 de julio en las Noches del Botánico en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII y el 9 de julio en Castell de Peralada. Auditorio Jardines del Castillo.
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