Propósito 2021: seguir estos rituales para desconectar y acabar a tu hora cuando trabajas desde casa
Separar el tiempo libre del horario de trabajo cada vez es más difícil. Pero los beneficios mentales de hacerlo compensan el esfuerzo
El teletrabajo ha traído muchas ventajas y también algunos inconvenientes. Uno de ellos es la imposibilidad de separar correctamente lo laboral de lo personal. Cuando la oficina está en casa es mucho más difícil establecer unos límites claros para terminar, por ejemplo, a la hora.
Al acudir presencialmente a la sede de la empresa, uno deja tras de sí su puesto de trabajo y tiene por delante un trayecto en metro, en coche, en bici o a pie que sirve para establecer una barrera física y mental con las obligaciones laborales. Así que ahora que, en muchos casos, eso se ha perdido resulta aconsejable establecer unas rutinas para dar por concluida, de forma eficaz, la jornada laboral. Estos son algunos trucos que puedes seguir para lograr desconectar cuando se trabaja en remoto:
No caigas en el “voy a aprovechar a hacer, rápidamente, una cosa más”.
Es muy importante ser muy estrictos con el horario y vencer la tentación de contestar a un mensaje rápido porque tenemos el móvil a mano o entrar al ordenador a cambiar “una cosilla”. Tal y como explicaba a S Moda la coach de productividad y gestión de tiempo Patricia Benayas si entramos en esa dinámica, “no desconectamos nunca, no descansamos, y si no descansamos petamos y no somos productivos. Cuando te das cuenta de que no pasa nada, por ejemplo, por apagar el móvil durante unas horas, vas creando ese hábito”.
Benayas recuerda también que “cuando llega nuestra hora de acabar, hay que hacer una rutina que indique al cerebro que hemos terminado”. Dentro de esa rutina incluye ponerse límites de tiempo con el móvil y repasar la agenda con lo que tenemos para el día siguiente. Antes de dar la jornada por concluida podemos dedicar unos minutos a repasar las tareas que no nos ha dado tiempo a hacer y anotarlas para el día siguiente. Es también una forma de evaluar el trabajo realizado y comprobar si hemos cumplido con lo programado.
Apaga/cierra el ordenador y recoge todas tus cosas
Los expertos en organización del trabajo también señalan la importancia de poner cierta distancia física con el material que utilizamos para trabajar –móviles, ordenadores, o lo que corresponda en cada caso– para reducir la sensación de estrés y poder desconectar más fácilmente. En este sentido, ya que no podemos dejar atrás la oficina, resulta fundamental apagar o restringir el uso de los dispositivos conectados a los equipos de trabajo. Se pueden desactivar las notificaciones a partir de una hora, existen apps, por ejemplo, para limitar el uso que hacemos del móvil de empresa o, si no tenemos dos terminales diferentes, se puede desinstalar del móvil personal el correo electrónico del trabajo.
Lo ideal es contar con una habitación específica para trabajar y no mezclar las obligaciones laborales con otras tareas cotidianas. En muchas ocasiones, sin embargo, esto no es posible y la mesa del salón o del comedor hacen las veces de despacho, lo que dificulta aún más la tarea de separar. “Cuando esto ocurre”, señala Benayas, “no queda otra que ser muy estricto con el horario y con el orden. Si tu lugar de trabajo es la mesa del comedor, cuando llega la hora de terminar, hay que recogerlo todo, poner las cosas a parte y que el comedor vuelva a ser utilizado para otras tareas”.
Sal de casa, aireate, o programa una rutina de ejercicios
Puede ser un paseo rápido por la calle o unos ejercicios de pilates que llevemos a cabo en casa, pero fijar una rutina de ejercicios al final de la jornada ayuda a que la transición hacia el descanso sea más efectiva. Los psicólogos indican que algo tan simple como dar un paseo cambia el contexto y aporta a la mente un descanso y una distancia sobre los problemas del día a día.
Esto ayuda también a combatir la inactividad, pues al trabajar desde casa nos movemos mucho menos y los músculos se resienten. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos deben dedicar como mínimo 150 minutos semanales a la práctica física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos si ésta es vigorosa. Al estar muchas horas frente al ordenador corremos el peligro de que aparezcan contracturas, sobre todo en la zona cervical y lumbar. Para evitarlo se pueden realizar pequeños ejercicios de estiramientos que no nos llevarán mucho tiempo, pero que, si somos constantes, apreciaremos los beneficios.
Crea un ambiente relajado y tomate un tiempo de relax o meditación
Otra alternativa puede ser meditar. Jesús María Arriaga, fundador de Arriaga Abogados, escribía recientemente en Linkedin sobre los beneficios que había tenido el Mindfulness en el desarrollo de su actividad profesional: “En tan solo cinco minutos diarios conseguía focalizarme en el presente, apaciguar el estrés y ser más productivo. A día de hoy continúo meditando. Y, no creo que lo deje nunca”, señalaba. Lo cierto es que dedicar unos minutos diarios a la meditación ayuda a lidiar con el estrés o situaciones emocionalmente difíciles. Así que si, antes de sumergirnos en una serie o en la cena familiar, queremos dejar atrás los malentendidos o frustraciones derivadas del trabajo, nada mejor que liberar nuestra mente con unos ejercicios de Mindfulness.
Cuidar el bienestar psicológico es especialmente importante. Según recoge la encuesta Cigna 360º Wellbeing Survey 2019, nueve de cada diez españoles siente el impacto del estrés en el lugar de trabajo y mencionan como principales consecuencias negativas un “ambiente deprimente” o una menor productividad. Además del ejercicio o la meditación, hay otras rutinas que suelen funcionar para dejar atrás el estrés: pinchar música que nos motive y nos ponga de buen humor, encender unas velas para crear un ambiente tranquilo en casa, darse una ducha relajante, o probar a realizar ejercicios de respiración profunda.
Aprovecha para llamar por teléfono a algún familiar o amigo
Hay días complicados en el trabajo en que los niveles de estrés se disparan o nos invade una sensación de hartazgo. En esos momentos, una simple llamada telefónica con alguien de nuestro entorno, puede tener efectos calmantes y regenerativos. Y es que, hablar con amigos habitualmente es una de las tareas que el 45% de los españoles destaca como fundamental para combatir el estrés. No solo se trata de una percepción, pues está demostrado que la amistad actúa como un potente apaciguador de los niveles de estrés.
Lo más beneficioso es socializar en persona y poder establecer también un contacto físico, pero ahora que se impone la distancia social por motivos sanitarios, es aconsejable obligarse a mantener contacto por teléfono o videollamada con alguien con quien podamos tener una conversación agradable con la que terminar el día. No solo nos ayudará a desconectar del trabajo, sino también a sentirnos acompañados.
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