Tijeretazo al cáncer: la crisis frena la investigación
Aunque a nivel mundial España se considera pionera en la búsqueda de soluciones para esta enfermedad, la reducción en la inversión para investigación amenaza con un retroceso.
De todas las batallas que libra el ser humano, la del cáncer es de las más crueles y largas. En nuestro país, donde el próximo 4 de febrero se hará balance con motivo del Día Mundial del Cáncer, los datos más recientes muestran avances muy positivos. Pero también riesgos peligrosos. La mortalidad en España está disminuyendo un 1,3% cada año pero, por desgracia, cada vez aparecen más casos de esta enfermedad. En 2012 hubo 215.534 diagnósticos nuevos, casi 87.000 de ellos entre mujeres, según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). En 2015 se espera que haya 227.076. Este lento pero constante aumento se debe en gran parte al envejecimiento de la población: la vejez y esta dolencia están íntimamente relacionadas. Y las estadísticas dicen que uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres se verán afectados por ella a lo largo de sus vidas. Aun así, la doctora Pilar Garrido, presidenta del SEOM, está dispuesta a mirar al futuro con cierto optimismo. «Continuamos trabajando en la desmitificación del cáncer como enfermedad asociada a sufrimiento o situación terminal. Sin embargo, informes recientes señalan que en España se ha producido un descenso del 13% de la tasa de mortalidad por cáncer entre 1990 y 2011», asegura. ¿Qué se puede hacer para mejorar, aún más, la situación? «El mayor reto en cáncer femenino es, sin duda, el de pulmón. No hay conciencia de que afecta, y mucho, a las mujeres.
En Estados Unidos e Inglaterra hay más fallecimientos por este cáncer que por el de mama. Debemos contribuir a la difusión de este mensaje y trabajar con campañas específicas de sensibilización, sobre todo entre adolescentes fumadoras. Además, el impacto de la crisis no puede afectar a la investigación: en oncología, asistencia e investigación van de la mano», explica.
Menos recursos. «Desde que comenzó la crisis acumulamos unos recortes en I+D de alrededor del 60% y está claro que lo único que puede curar el cáncer es la investigación», apoya Esther Díez, portavoz de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Afirma que en sus sedes están «desbordados» porque cada vez son más los pacientes que acuden a ellos en busca de ayuda (la demanda social se ha incrementado un 30%) cuando el sistema sanitario resulta insuficiente. «La mayor parte de los afectados necesita atención psicológica tras un primer diagnóstico y en los últimos años hemos comprobado cómo a los problemas patológicos se unen los derivados del entorno de la recesión».
«El mayor reto en cáncer femenino es el de pulmón. Hay que sensibilizar a las adolescentes fumadoras», Pilar Garrido
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Otro ejemplo. Hace cuatro años, la excelencia de los resultados del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) estaba entre las mejores del mundo en su campo. En 2013, tras varias reducciones en su presupuesto, ha perdido su podio. El organismo, dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, ha rozado el ERE y tendrá que prescindir de 31 de sus investigadores para ahorrar un total de 2,5 millones de euros. El único dato positivo es que el número de bajas ha disminuido a más de la mitad, pues el plan inicial que barajaba el Gobierno era despedir a 64 personas. «Es cierto que se ha logrado minimizar el impacto, pero esta decisión perjudicará al trabajo del centro», confiesa María Abad, una joven investigadora del Grupo de Supresión Tumoral del CNIO. Abad y su equipo firmaron uno de los estudios más importantes de 2013, según la revista Nature Medicine, al lograr células madre a partir de animales vivos adultos, descubrimiento que acerca el día en que se puedan reparar cerebros con párkinson o corazones infartados con células del propio paciente.
Según los expertos, la situación amenaza con detener el progreso logrado durante décadas. «Solo se pueden aumentar los niveles de supervivencia gracias a la detección precoz», insiste Esther Díez. ¿Qué solución encuentran? Cuando el plan nacional de ayudas no es suficiente, se buscan las ayudas europeas. «La crisis económica ha aumentado la necesidad de financiar solo los mejores proyectos de investigación en convocatorias españolas», afirma Joaquín Arribas, director del Programa de Investigación Preclínica en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). «Y sirve de acicate para solicitar inversión internacional, particularmente de la UE, si queremos mantener nuestra actividad».
Y es que la búsqueda de nuevas alternativas de curación no debe detenerse. «El tratamiento oncológico de España es uno de los mejores de Europa, incluso del mundo», afirma Marta Puyol, responsable de Investigación Biomédica de la AECC. La tendencia actual es ir hacia tratamientos mucho más específicos. «Se han logrado avances importantes en técnicas de diagnóstico precoz, pero yo señalaría, como lo más destacado de 2013, la consolidación de la medicina personalizada como vía de progreso. En estos momentos, la individualización del tratamiento relacionada con alteraciones moleculares propias de cada tumor ha abierto caminos impensables en enfermedades con pocas expectativas de ser tratadas hasta hace poco tiempo», asegura Pilar Garrido.
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