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La moda quiere que te pongas cinta aislante a modo de cinturón (y cuesta 170 euros)

Después de que un clip de Prada revolucionara internet por su astronómico precio, Raf Simons hace lo propio tras poner a la venta un rollo adhesivo solo apto para los bolsillos más abultados.

La cinta adhesiva de Raf Simons cuesta 170 euros.
La cinta adhesiva de Raf Simons cuesta 170 euros.Imaxtree

Hace unas semanas, Prada acaparaba titulares tras poner a la venta un simple clip para sujetar billetes por 160 euros. Muchos internautas se sorprendieron ante el elevado precio de un accesorio tan simple a pesar de que otras firmas como Bottega Venetta o Cartier llevan tiempo comercializando sus versiones por cantidades igual de abultadas. Ahora es una cinta adhesiva la que une el mundo de la moda con el de la papelería. Y, de paso, vuelve a generar noticias por culpa de los 170 euros que cuesta.

El diseñador Raf Simons (antes director creativo de Dior y ahora al frente de Calvin Klein) está detrás de la ocurrencia. En su desfile para presentar la colección masculina otoño-invierno 2017/2018 de su firma homónima, el belga utilizó cinta aislante para envolver a sus modelos como si se tratase de un cinturón. Lo que podría parecer un efectista recurso creativo para dar más fuerza al show, acaba de materializarse: las cintas adhesivas están a la venta en la tienda de lujo Browns. El diseñador comercializa un rollo blanco con el mensaje ‘Youth Project’ (‘proyecto joven’) y otro negro en el que puede leerse ‘Walk with me’ (‘camina junto a mi’). Cada uno cuesta 155 libras (170 euros).

Las cintas, con mensaje incluido, están disponibles en blanco y negro.
Las cintas, con mensaje incluido, están disponibles en blanco y negro.Raf Simons

«Esta cinta de Raf Simons nos recuerda a la cinta de embalaje, excepto por que en vez de envolver paquetes con ella estarás envolviendo tu último look arrebatador. Está hecha de poliuretano y diseñada para ser utilizada como accesorio», aclaran en la descripción de producto de la tienda online.

Como recordaba The Guardian a propósito del clip de Prada, han sido muchos los objetos de dudosa utilidad que las grandes firmas han comercializado por cientos de euros. El propio Raf Simons consiguió agotar una bolsa de papel que diseñó para Jill Sander a pesar de que costaba 260 euros. Balenciaga convirtió la bolsa que los tailandeses utilizan para hacer la compra o la clásica de color azul de Ikea en sendos bolsos de lujo a la venta por más de mil euros. Sin olvidar, el ladrillo de Supreme que salió al mercado por 30 dólares y se revende por mil. Piezas polémicas que se convierten en objeto de coleccionista para los bolsillos más abultados.

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