¿Trampa para turistas? El caso del chiringuito de los 300 euros en Formentera
Un cliente del restaurante ‘Juan y Andrea’ de Ses Illetes abre el debate sobre cuánto pagar en la playa al viralizar la foto de lo que le costó su comida.
“Nunca pensé que llegaría a pagar tanto por un San Pedro al horno y una ensalada”. Quien habla al otro lado del teléfono es Ignacio Villagordo, un usuario de Twitter adicto a la buena gastronomía y catador de vinos de “manera informal” para elmundovino. Ignacio lleva una semana de vacaciones en Formentera con su mujer descansando de su trabajo en el sector tecnológico y, sin pretenderlo, se ha erigido catalizador de un encendido debate en las redes sobre cuánto debemos pagar en los chiringuitos de playa. Un tuit suyo de cuatro palabras acompañado de una fotografía ha corrido como la pólvora desde el pasado jueves. “Tourist trap. Sin palabras” y la imagen de lo que pagó en el chiringuito Juan y Andrea de la playa de Ses Illetes: 337,5 euros por un pescado fresco a compartir, una botella de verdejo, una ensalada, pan con ali oli, una botella de agua, una caña, un tinto de verano y un helado. Solo el pescado les costó 221 euros.
“Cuando me llegó la cuenta tenía una doble sorpresa: primero, averiguar que el pescado que habíamos comido mi mujer y yo en teoría pesaba un kilo y medio, cuando en realidad parecía mucho más pequeño. Después, comprobar que el precio por kilo era de 153 euros sin IVA”. Villagordo sabía donde se metía. Él se había hecho una idea de lo que le costaría comer allí porque en los menús que están sobre las mesas del local sí que aparece el precio de todos los platos, excepto el del pescado del día, que varía según el mercado. Cuando vio la cuenta, pagó y decidió tuitear una imagen de la factura. “No monté ningún espectáculo ni me quejé, tampoco buscaba repercusión con el tuit. Normalmente tuiteo sobre los sitios en los que como y en este sólo podía escribir lo que pensaba: ‘Juan y Andrea’ es una trampa para turistas”.
Este cliente, que también se quejó en su cuenta de que le sirvieran un verdejo en una copa balón («Formentera es cara, esto es una tomadura de pelo»), asegura que sabe “lo que se paga” por comer en isla, pero jamás imaginó que esa cuenta fuese tan elevada. Y más en “en un chiringuito con mesas de plástico y servilletas de papel”. Villagordo, amante del buen comer que se ha recorrido varios estrellas Michelin como El Celler de Can Roca o el Mugaritz, asegura haberse visitado otros restaurantes de la isla pitiusa en los que los precios no son tan abusivos. “Es Molí de Sal, que también está en Illetes, es mucho más barato y tiene más categoría de local, precio y servicio. Un pescado al horno te cuesta 90 euros el kilo y al menos te lo comes sobre un mantel”. Enfado aparte, lo que no esperaba es que su foto y cuatro palabras alcanzasen los 3.000 retweets y abriesen un debate de lo más animado en los blogs gastronómicos.
Imagen del restaurante de la discordia.
Cortesía de Juan y Andrea
Desde que publicó su polémica cuenta de 335 euros, en Tripadvisor se ha abierto una auténtica cruzada contra el restaurante, acusando a sus propietarios en las reseñas de ser «atracadores de guante blanco» o «cutres y pretenciosos» entre otras perlas. Una de las más llamativas es la que, bajo el titular «Broma de mal gusto», asegura que «si eres una estrella de cine, un futbolista multimillonario o simplemente te gusta tirar el dinero con una comida normalita entonces este es tu lugar. Si eres como el resto de mortales, un consejo: evítalo a toda costa. El sablazo es impresionante». Quien haya visitado alguna vez Formentera sabrá que Juan y Andrea es un chiringuito repleto de caras conocidas y de la jet set. Un local de moda, relacionado con el grupo Pachá, por el que solo este verano se han dejado caer estrellas como Robert De Niro, Paris Hilton o jugadores de la liga española de fútbol.
Al hilo de la polémica, desde el restaurante Juan y Andrea se sienten «sorprendidos» por cómo ha trascendido todo. «Es cierto que millonarios incluidos en la lista Forbes, actores y actrices de Hollywood, o miembros de realeza son clientes habituales de nuestro restaurante. Disponemos de un servicio de recogida con zodiac que desde los yates privados acercan a nuestros clientes hasta el restaurante. Contextualizado el sitio y el público mayoritario que tenemos, nos gustaría aclarar que, obviamente, cuando alguien se acerca a nuestro restaurante para pedir una reserva, no se la negamos en función del estatus económico de éste. Somos muy conscientes de la situación económica por la que estamos atravesando en nuestro país, y entendemos que, bien por despiste o desconocimiento, los citados comensales de la ya famosa factura, no supieran del contexto de Juan y Andrea antes mencionado. Lo que nos sorprende es el revuelo causado, porque al margen de entrar en debates de lo que es o no caro, el cliente es quien elige meterse en nuestro restaurante a comer, quizás atraído por el ambiente que aquí se respira, valor añadido a la experiencia de comer aquí«.
Desde el restaurante insisten en el factor de vivir la experiencia de comer en un sitio VIP para justificar sus precios y aseguran que «incluso hay clientes de estatus económico medio, que reservando con meses de antelación, buscan la experiencia de comer aquí al menos una vez en su vida. Con esto tenemos que dar a entender que, pese a los clientes exclusivos que tenemos, Juan y Andrea también cuenta con gente anónima, que en busca de sus vacaciones perfectas, planea con tiempo la visita a nuestro local como algo que añadir valor a sus días de descanso en Formentera».
De hecho, entre el reguero de tuits que han inundado las redes denunciando «la factura del verano», algunos blogueros han salido en defensa de la carta del restaurante. Eva Ballarín, consultora de restauración, ha escrito un incendiario post alegando que «este chiringuito es una meca en el lifestyle aspiracional de las vacaciones perfectas de sol y mar con los que muchos soñamos» y recomendando a los que se quejan que «El Juan y Andrea te ofrece esta experiencia, más allá de un plato de arroz, un pescado o una botella de vino. Y eso, amigo mío, se paga. La próxima vez que compres junto con el ticket low cost de Vueling unas vacaciones de ensueño en un destino caro, elige temporada baja, llévate el bocata a la playa y etiquétate en el restaurante. Así, hacerte el guais te costará lo que puedes permitirte».
Cortesía de Juan y Andrea
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.