Ciudad Real existe (y es un buen destino para escaparse)
Te proponemos una guía rápida para que descubras una tierra tan interesante como desconocida estas vacaciones.
“En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”. La cita más famosa de la historia de nuestra literatura es, a decir verdad, un reclamo turístico que deja mucho que desear. Si le hubieran nombrado embajador de la provincia de Ciudad Real, Cervantes tendría los días contados. El alcalaíno no quiso recordar una provincia que esconde auténticas sorpresas. Si aún dudas sobre tu destino estas vacaciones, es una alternativa a las zonas turísticas más concurridas, y perfecta para desconectar del estrés de la ciudad. Quizá no era tu primera opción, pero nunca es tarde para darle una oportunidad. Porque Ciudad Real existe, os descubrimos 10 lugares ineludibles para explorarla a fondo y en pocos días. Su gastronomía, cultura y paisaje bien merecen nuestra reseña. Y un obligado viaje.
Recorrer las Lagunas de Ruidera
Este parque natural es compartido por las provincias de Ciudad Real y Albacete, y conocido como ‘la playa de La Mancha’. Un sorprendente oasis de agua y vegetación en la extensa austeridad del Campo de Montiel. Dieciséis lagunas que forman cascadas y torrentes de manera escalonada. En su punto más alto encontramos además el Castillo de Rochafrida y la Cueva de Montesinos, que guarda una laguna de agua filtrada a través de sus paredes y donde hasta el propio Quijote descendió en la primera parte de la novela. Para comer, el Hotel-Restaurante Albamanjón es un marco ideal y sirve diferentes escabeches, guisos y productos de la orza con el sabor de antaño.
Ir de chatos a Valdepeñas
Es la ciudad del vino por excelencia y ofrece toda una experiencia alrededor de la uva. Imprescindible recorrer alguna de sus bodegas que ofrecen visita guiada y catas (Bodegas Real, Corcovo), así como su apreciable Museo del Vino. Hacer noche en Valdepeñas es la mejor opción para disfrutar de su sorprendente vida nocturna. Todas sus tabernas ofrecen tapas de calidad con cada chato de vino. Entre las recomendadas, las gachas del Penalty, los clásicos ‘basculantes’ de Los Alpes, Casa Manuel (popular por sus patatas), y el revuelto de La Fonda de Alberto. No puedes irte sin probar platos típicos como las migas, el pisto o el tiznao. Para alargar la noche con unas copas, en la zona del canal se agrupan los pubs más frecuentados de la localidad.
Seguir los pasos de Miguel de Cervantes
Este año se cumplen cuatrocientos años de la muerte del máximo exponente de nuestra literatura. Y sus huellas permanecen todavía muy vivas en esta tierra. Tres citas ineludibles son: la Casa de Medrano, en Argamasilla de Alba, en cuya cueva (que se conserva intacta) fue encarcelado y se cree que comenzó a escribir su obra universal; la Casa del Caballero del Verde Gabán (Villanueva de los Infantes) que aparece descrita en la segunda parte del Quijote y los icónicos Molinos de Campo de Criptana. Un recorrido por nuestra historia dramática que culmina en el Corral de Comedias de Almagro, en perfectas condiciones desde el siglo XVII. Una vez allí, es esencial que te detengas a saborear sus famosas berenjenas.
Probar la mejor pizza del mundo
A menos de 40 kilómetros de Ruidera encontramos la ciudad de Tomelloso. Su paisano Jesús Marquina ha sido coronado hasta cinco veces como el mejor en el Campeonato del Mundo de Pizzas en Roma. En su restaurante Marquinetti puedes probar todas las combinaciones que lo convirtieron en el mejor ‘pizzaiolo’ del mundo. Entre las más vendidas encontramos la Dulcinea, con lomo ibérico, perdiz escabechada y queso manchego; y la Rolling Stones (salmón, crema de bogavante y aguacate) que degustaron sus ‘satánicas majestades’ en su última visita a Madrid.
Descubrir la capital del Campo de Calatrava
El centro neurálgico de Ciudad Real se encuentra en su Plaza Mayor. Un espacio rectangular repleto de bares y tiendas donde destaca el reloj carrillón instalado con motivo del cuarto centenario del Quijote. Las figuras del ingenioso hidalgo, Sancho Panza y Cervantes salen del balcón cuatro veces al día. Para los devotos, la Semana Santa es considerada de Interés Turístico Nacional y su Parroquia de San Pedro es una joya escondida, una construcción gótica de aspecto fortificado que data del siglo XIV. En cuanto a la oferta gastronómica, si decides tapear no puedes perderte los bares Carmen Carmen y Miami Gastro. También referente del enoturismo provincial es el Pago del Vicario, una moderna bodega que ofrece visitas guiadas y talleres. A escasos kilómetros de la localidad encontramos la Arrocería de Picón, donde disfrutar de los arroces más suculentos de La Mancha.
Hacer senderismo en Cabañeros
Situado entre Ciudad Real y Toledo, es un entorno representativo del monte mediterráneo. Ciervos, águilas, buitres y jabalíes viven en este parque nacional. Para los senderistas existen varias rutas alrededor de toda su extensión. La del ‘boquerón’ es la más frecuentada, con una duración cercana a las tres horas y media. Transcurre junto al río Estena y además de encinas, alcornoques y sauces, podemos encontrar huellas de cuando la zona estaba cubierta por el mar, hace más de 400 millones de años. Si eres algo perezoso, también ofrecen travesías a caballo o en 4×4. El paseo por los pueblos aledaños como Horcajo de los Montes y Retuerta del Bullaque completan la jornada.
Apostar tus ahorros en el pueblo de Almodóvar
Cada Viernes Santo se celebran en la localidad de Calzada de Calatrava las tradicionales ‘caras’. Un juego de azar con origen en el imperio romano para el que se utilizan dos monedas de cobre de la época de Alfonso XII. Su mecanismo es muy similar al tradicional ‘cara o cruz’ y se llegan a apostar cientos de euros en cada tirada. Podrás disfrutar además del dulce típico de la localidad que se elabora en estas fechas, los ‘enaceitados’. Calzada es el pueblo natal de Pedro Almodóvar, donde pasó sus primeros años y dio origen a su singular universo cinematográfico.
Visitar el increíble ecosistema de las Tablas de Daimiel
Un humedal singular en nuestro planeta. El único ecosistema de tablas fluviales conocido hoy. Los cauces del Guadiana y el Cigüela convergen desbordados en una llanura que da lugar a un paisaje incomparable. Habitadas ya en la Edad de Bronce, Las Tablas de Daimiel son también un observatorio de gran importancia donde habitan garzas, somormujos y patos colorados. Para disfrutar de la fusión de cocina de autor y tradicional bien entendida, el Mesón-Restaurante El Bodegón en Daimiel. No olvides visitar su bodega subterránea del siglo XVII.
Bajar a las minas de mercurio de Almadén
En el extremo oeste de la provincia se sitúa el pequeño municipio de Almadén, que posee las minas de mercurio más antiguas del mundo. Cerradas hace más de una década, su parque minero ha sido reconducido hacia el turismo y ofrece una completísima cita. El recorrido discurre también en el interior de la mina, hasta los 50 metros de profundidad, para volver a la superficie en un característico tren de vagonetas. El Real Hospital de San Rafael y su plaza de toros bien justifican la visita. Este complejo minero fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en 2012 por la Unesco.
De casa rural en el Valle de Alcudia y Sierra Madrona
A menos de una hora de Almadén, en pleno Valle de Alcudia, se encuentra Brazatortas. Una pequeña localidad conocida por su hijo ilustre Millán Salcedo (Martes y Trece) y el cochinillo del tradicional Mesón Benito, famoso en toda la provincia. El Valle de Alcudia y Sierra Madrona es un parque natural repleto de casas rurales para desconectar en uno de los pocos núcleos de población de lince ibérico en Castilla-La Mancha. Aquí encontramos también la conocida como la Encina de las Mil Ovejas, un árbol milenario con más de 20 metros de copa. Otra cita obligada para los amantes de la naturaleza.
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