Nadie hablará de ti si no tienes un reality
Celebrities del mundo del cine, la música y la moda, han encontrado en los realities un eficaz teletienda y la mejor medicina contra el olvido.
Antes de que existieran las Karsdashian, un fenómeno nacido, reproducido y en un futuro, apagado cual pastel de cumpleaños ante las cámaras de su factoría de realites (del proyecto matriz con toda la tribu al frente, Keeping up with the Kardashians, nacieron Kim and Khloe Take Miami, Kim and Kourtney Take New York y el último spin-off en sumarse a la saga, Khloe and Lamar, centrado en la hermana menor de Kim y su marido, el jugador de los Dallas Mavericks Lamar Odom) hubo un tiempo en que el reality resucitaba a la celebridad en lugar de empezarla de cero.
Los Osbournes fueron los primeros Kardashian y en su línea llegaron, por ejemplo, los Hogan (mujer e hijos de Hulk Hogan, un señor de bigote platino que luchaba en Pressing Catch). Ahora están por aterrizar en la parrilla los Eastwood. O los Jonas. Y es que tal y como demostraran los Adams, los Brady, los Ewing o los Cosby, eso de los clanes siempre ha funcionado muy bien en televisión.
Mrs. Eastwood & Company se estrena el día 20 de mayo en la cadena E! de la mano de la misma productora que se inventó a las Kardashian y pasará de puntillas por la figura de Clint. Éste solamente aparece en dos episodios y de refilón. Cual extraño en su propia vida y extra en el hogar que mantiene.
La serie se centra en el día a día de su esposa Dina y dos de las hijas del director, que en total tiene siete (la pequeña, Morgan, es de Dina, y la otra, Francesca, nació de su matrimonio con Frances Fisher), en su mansión de Carmel. Una encantadora localidad costera californiana de la que Eastwood fue una vez alcalde. De este teatrillo a lo The Real Housewives subyace la intención de Dina de darse a conocer como mánager de un grupo pop al que descubrió mientras su esposo rodaba Invictus en Sudáfrica. Y es que entre dar de comer a sus más de treinta mascotas y poner paz entre las adolescentes de la casa, nunca están de más unos minutos musicales. Por aquello de amansar a las fieras.
En la misma cadena E! aterrizará en junio uno de los tres Jonas Brothers, Kevin, con Married to Jonas. El cantante abrirá así a sus fans las puertas del feliz hogar que comparte junto a su recién estrenada mujer. Pero ni en Hollywood ni en la China Popular las intrusiones con cámara en la intimidad son gratuitas. La idea es promocionar el nuevo álbum de los hermanos que se grabará aprovechando el tirón del show. A todo esto, y mientras tanto, Joe participará con Mike «The Situation», de Jersey Shore, en un concurso en el que buscará el amor.
Así las Braxton -la intérprete de Unbreak My Heart y sus cuatro hermanas- no se sentirán tan solas hasta que llegue a la programación la familia de Whitney Houston: The Houston Family Chronicles, producido por Lifetime y cuya idea surge antes de la muerte de Whitney, contará con la participación de varios miembros de la familia Houston. La primera, su madre Cissy; Bobbi Kristina, hija de la fallecida cantante; su hermano Gary; su cuñada y mánager, Pat Houston, así como su joven hija Rayah, o la famosa prima de Whitney, la también cantante Dionne Warwick.
Shannon Doherty, Jennie Garth y Ian Ziering en la presentación de «A Little Bit Country» en Los Angeles.
GTresonline
Lo que está claro es que en Hollywood, cuando se te agotan los argumentos profesionales, siempre te queda reconvertirte en carne de reality. Así lo hizo en su momento Tori Spelling tras no llegar a despegar nunca como nada más que hija de su padre y esos mismos pasos sigue su amiga Kelly en Sensación de vivir. Recién divorciada y caducado su paso por 90210 -participó en la primera temporada de su remake– la rubia se ha embarcado ahora en A Little Bit Country, estrenado a finales de abril para confundir su exilio en el campo con las ganas de convertir a una de sus vástagas en la próxima Hannah Montana.
El modelo se repite en la industria de la moda. Rachel Zoe es la Kris Jenner (madre y representante de las Kardashian) del mundo del estilismo -ha capitalizado el éxito de su reality para ampliar negocio en varios frentes- aunque las franquicias surgidas de su idea original lo han hecho a modo de levantamiento: dos de sus exasistentes –Brad Goreski y Taylor Jacobson– se han montado la parada en solitario tras escapar a las malas de sus garras. André Leon Talley, aunque tiene su puesto de editor en Vogue asegurado de por vida, prepara su vuelta a la tele tras su paso como juez por el programa de modelos que produce y presenta Tyra Banks desde hace 18 temporadas, con Fashion Stories of New York. La carismática diseñadora Betsey Johnson, por su parte, cuya compañía está sumida en una fea bancarrota, ha decidido jugar la carta del reality y exponer sus miserias a cambio de ganarle tiempo al procedimiento concursal que la acecha haciendo algo de caja. En Betsey & Lulu la creadora tratará de impulsar la carrera de su hija ayudándola a lanzar su propia marca.
Existe sin embargo un espécimen televisivo que se exhibe en el medio por puro vicio. Es el caso, cómo no, de Paris Hilton; a ella poco le importa que su último proyecto, The World According to Paris -antes vinieron The Simple Life, junto a nicole Richie, o My New BFF– fuera cancelado antes de tiempo. Un sentimiento parecido corre por las venas de la hija del dueño de TopShop, Chloe Green. Ella también ha aprovechado su hueco en la tele, en su caso con la británica Made in Chelsea, para correr un estúpido velo sobre su más que suficiente legado.
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