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Más conscientes, pragmáticos y valientes: así somos tras años de crisis

Un estudio revela cómo hemos cambiado los españoles durante estos años. Las conclusiones apuntan a que también somos menos materialistas y más éticos.

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Si la dichosa crisis ha acabado, está acabando o es un horizonte todavía lejano, es una cuestión que se puede discutir. Pero, a la vista de algunas iniciativas, también se trata de un asunto de narrativas. Recientemente, el Instituto Punto de Fuga, Arena Media y Havas Media han elaborado un estudio para saber cuáles son los valores de los españoles tras la crisis (o en su etapa final pues no podemos decir que haya acabado) y sus resultados hablan de ciudadanos más conscientes y valientes y, también, de nuestro sentimiento de culpa.

Según Margarita Ollero, directora de investigación de Arena Media, los resultados de esta investigación ofrecen una panorámica de los españoles que enfatiza los valores éticos por encima de cualquier otro. “En este momento, la “confianza”, la “transparencia” o la “sinceridad” son valores que la sociedad demanda a las empresas, a las grandes instituciones y, de alguna forma, a sí mismos”, indica. Estos planteamientos éticos correlacionan con los que invitan a actuar para avanzar y así, “saber hacer”, “la disposición al cambio” o el “pragmatismo”, también se revelan como valores vigentes que indican que cada vez somos más conscientes de que para mejorar algo tendremos que renovarnos.

Curiosamente, Ollero señala que este pensamiento con vocación práctica hacia el cambio no se vive desde la idea de sacrificio sino de disfrute: “Vemos de forma clara un estado de ánimo valiente y positivo. Es algo que se expresa de forma clara con los grupos de valores con los que se vincula esta inclinación al cambio cuyos ejemplos más significativos son “atrevimiento”, “disfrute” o “empuje vital”, entre otros”.

Enumerados sin contexto, estas descripciones pueden sonar demasiado generales pero los expertos prestan mucha atención a las tendencias que apuntan y, sobre todo, a cualquier diferencia que se produzca entre las actuales y las anteriores. Ollero destaca “la actitud positiva, la “proactividad” y la conciencia de lo que se quiere de la sociedad” con respecto a los valores previos a las dificultades. “El estudio muestra que antes de la crisis, se observaba un abuso de posesiones, un tono materialista en todos los ámbitos de la vida del individuo. Durante la crisis, el individuo tiene conciencia de que ha participado en la creación de estos problemas, por tanto tiene un sentimiento negativo y de culpabilidad que bloquea sus actuaciones”, analiza para S Moda.

Los resultados señalan que este sentimiento de culpa, que se conecta con el polémico “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, genera enfado general pero permuta individual: “Efectivamente, el sentimiento de culpabilidad que se tenia en el 2011 era por esa razón. Ahora, se considera que ya se ha pagado esa culpa y lo que hay es una demanda a las instituciones y grandes empresas de ética y transparencia. Es decir, el enfado se ha convertido en que la sociedad dice: ya he pagado por mis culpas, que alguien empiece a hacer algo, empezaré yo mismo”, puntualiza Ollero poniendo como ejemplos que la sociedad considera que “las instituciones han engañado y no han representado el papel protector que se les había otorgado históricamente. Y se trata de prácticamente todas las instituciones, políticos, empresas, banca, iglesia, telecomunicaciones, etc.”

El sentimiento latente que los expertos señalan como hegemónico en esta investigación es de movimiento y de acción, es decir, indican inclinación al cambio futuro. Quizá por eso, valores que también emergieron con potencia con las dificultades económicas como la búsqueda de lo “artesanal” o lo “tradicional”, aparecen ahora con menos relevancia en algunas categorías para individuos a los que la crisis parece empujarnos a buscar soluciones en la innovación y lo que está por venir más que en lo ya conocido.

Queremos cambios y que sean éticos. Aviso a navegantes, dado que los autores de este estudio declaran que representa a la sociedad española con sus más de 5.500 encuestados y los 18 “focus groups” que se han establecido para realizarla.

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