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Las dietas, por Blanca Li

Hay una especie de locura con la alimentación… ya no sabes qué es bueno o malo

Dietas
Cordon Press

Cada vez me encuentro con más gente con la que, cuando vas a un restaurante o los invitas a cenar a casa, no pueden comer un montón de cosas. Unos son vegetarianos, los hay que se apuntan a la dieta paleolítica que anima a comer como lo hacían los cavernícolas, otros siguen un régimen sin gluten que está muy de moda… Hay de todos los tipos: macrobióticos, semivegetarianos, pescovegetarianos, vegetarianos estrictos, lactovegetarianos, ovovegetarianos, ovolactovegetarianos. ¡Qué lío, ya no sé qué cocinar!

Existe una especie de locura general con la alimentación, cada vez se escuchan más historias sobre los productos transgénicos, el pescado con metales pesados, la carne con antibióticos, la leche contaminada con dioxina en China, el pollo hormonado… El otro día oí en la radio que la región de donde viene la mozzarella más famosa del mundo está contaminada con radioactividad. ¡Ay, ay! Uno ya no sabe lo que es bueno o malo. Si vas a comprar productos bios, te cuestan el doble y, encima, en muchos casos no quiere decir nada, solo que pagas más.

Con toda esta obsesión por la alimentación hay un montón de nuevas tendencias, muchas de ellas puestas de moda por celebridades: la dieta Shaphiro de Sarah Jessica Parker, la low-carb de Jennifer Lopez y Lady Gaga o la 5-Factor World Diet, la hiperproteica de Heidi Klum… Demi Moore sigue siendo adicta a la dieta The Zone, también está la dieta adelgazante para mejorar la sexualidad que proclama Kim Kardashian, la púrpura que sigue Mariah Carey, que no come más que alimentos de dicho color. Victoria Beckham defiende la alimentación alcalina y la cantante británica Cheryl Cole sigue la del grupo sanguíneo. Cada una proclama la suya e incluso algunas, como Gwyneth Paltrow, publican libros de cocina que han generado polémica al afirmar que sus hijos llevan una alimentación baja en calorías que no incluye alimentos como el pan, el arroz y la pasta.

Por si no fuera suficiente, con el verano ha llegado la locura por estar delgada y mostrar un cuerpo perfecto. Nos cuentan todo tipo de dietas para adelgazar: la dieta de la piña, la dieta yogui, la dieta de la alcachofa, la dieta del limón, la del alpiste, la del tomate, la dieta líquida, la proteica, la 5:2, la Dukan, el método Montignac. Y en la prensa y en la publicidad no paramos de ver cuerpos perfectos en biquini que venden productos para perder peso.

Entre unas cosas y otras hay muchas personas, especialmente los adolescentes, que se lanzan a un campo peligroso al tomar píldoras, bebidas dietéticas, laxantes u otros diuréticos para bajar de peso. También hay quienes utilizan la hipnosis para controlar el hambre, quienes prueban la peligrosa moda de comer algodón para adelgazar o utilizan unas inyecciones que aceleran el funcionamiento de las tiroides. Lo máximo es el ayuno… que también está muy de moda.

En Internet aparecen cientos de páginas que fomentan las prácticas alimenticias nocivas para la salud. Estas peligrosas páginas incitan a las jóvenes con problemas de anorexia a dietas salvajes, defienden su estilo de vida e intercambian información y métodos para estar lo más delgadas posibles.

Bueno, y ya paro, porque además esta noche tengo unos invitados a cenar y con todo esto no estoy muy inspirada.

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