Kimberley Tell: «Todos los actores van al numerólogo»

Fue una crisis profesional y creativa la que llevó a Kimberley Tell (Lanzarote, 1989) a imaginar una carrera como cantante. «Estaba perdida, pero la música me salvó». La intérprete, que participa en el último vídeo de Sidonie, Me llamo Abba, afronta un nuevo parón –esta vez obligado– mientras prepara el lanzamiento de su primer EP, 1,35. Convertida en improvisada fotógrafa, con un caballete a modo de trípode, se aferra a lo positivo: «A veces es necesario un respiro para entender qué es lo importante».

Define su sencillo Alégrame como una oda al amor fácil. ¿Por qué no suele serlo?
Es difícil encontrarlo. Buscamos lo inmediato, un fuego artificial que acabe rápido. Reivindico lo bonito, lo simple y lo duradero.

Ha versionado Hoy no me puedo levantar, de Mecano. ¿Qué había bebido aquel día que no se pudo levantar?
De todo. Una vez de adolescente perdí el conocimiento a base de Sex on the beach. Las borracheras de joven eran peores porque no sabía que jamás hay que mezclar.

Besó a David Bisbal en un videoclip…
Sí, y besa bien. Es majo, canta mucho. Estábamos en silencio y de repente daba un chillido. Con ese chorro de voz asusta.

¿Se ha liberado del sujetador durante la cuarentena?
Nunca lo llevo. Para mí es un símbolo de opresión.

¿Chica Almodóvar o chica Tarantino?
Me encantaría ser chica Xavier Dolan… o chica Noah Baumbach. ¿No puedo elegir a todos?

¿Teme la crisis económica que se avecina?
Ya sentimos el golpe. En mi última serie me daban de alta y de baja en el mismo día, he tenido que cancelar mis primeros conciertos… No tengo ingresos.

¿Le ha recomendado Candela Peña, su compañera en la serie Hierro (Movistar +), ir a un numerólogo?
Todos los actores van a uno, están obsesionados. Cada vez que les cuento un problema me preguntan por qué no he ido aún. Tendré que probarlo.

¿Con qué nota puntuaría el nivel de inglés de los actores españoles?
Un seis, como mucho. Su inglés necesita mejorar, pero soy defensora de los acentos. Muchos tienen complejos, pero a la gente de fuera les encanta escuchar el acento español.

¿Cuál es su palabrota favorita en danés, su idioma paterno?
For helvede man (‘vete al infierno’), él la repite viendo el fútbol. He aprovechado la cuarentena para aprender danés con él.