Eurofans y merchandising de Eurovisión: una larga historia de amor
Demuestra que eres una auténtica eurofan con este bazar de objetos relacionados con el concurso más famoso de la televisión.
Son muchos los que han visto en Eurovisión una oportunidad de negocio, máxime teniendo en cuenta lo sosos (cuando no directamente feos) que son los objetos que se venden en la web oficial del certamen. Es el caso por ejemplo del diseñador Mattk270, que comercializa cualquier objeto relacionado con el megaevento, aunque lo más solicitado es su reloj de pared. Está ilustrado con caricaturas de los últimos ganadores del evento. El más popular, y he aquí el negocio, es el modelo que tiene las diferentes siluetas para colocar a los futuros ganadores, cuyas caricaturas, por supuesto, deberás adquirir año tras año. Está todo pensado.
La última mohicana del correo postal
2016 fue el año de Ucrania, de Jamala y su 1944. En la letra se denunciaba la deportación masiva de los tártaros de Crimea por la Unión Soviética en dicho año, una denuncia que no le hizo ni pizca de gracia a Vladimir Putin pero que causó furor entre los votantes de Eurovisión, máxime con el conflicto bélico en pleno apogeo. La victoria de Jamala se convirtió en una cuestión de Estado y el gobierno sacó a la venta una colección de sellos con el rostro de la intérprete. Suponemos que ningún paquete con su cara llegó al Kremlin. De hacerlo, que sepan que se han convertido en un ítem de lo más buscado por los filatélicos.
¡Por las barbas de Conchita!
En 2014, Conchita, la austriaca barbuda y su Rise Like a Phoenix nos dejó anonadados. Arrasó en las votaciones y también en los corazones de los europeos, por su voz y por su puesta en escena, que no te la firmaba ni José de Ribera. En solidaridad con la artista, se puso a la venta el llamado kit por la tolerancia. Una barba de colores, sintética, que evitaba el molesto afeitado.
Poupée de cire, poupée de Lego
Serge Gainsbourg le gastó una broma pesada a France Gall con su Poupée de cire, poupée de son, una canción compuesta para Francia en 1965 en la que se reía de la condición de chica florero de su intérprete. Pero la gran muñeca del concurso ha sido y será Loreen, cantante de uno de los hits más pegadizos del siglo XXI, el Euphoriaaaaaaaaaa […] We’re going up, up, up, up, up, up, up… El caso es que, tras ganar el concurso, su fan Alexandro Kroger decidió rodar un vídeo con el tema… siendo ella sustituida por una recreación de la artista en versión Lego. Ni que decir que tiene que hoy es una pieza de coleccionista y que, visto el éxito, Kroger sigue legolizando a los artistas de Eurovisión.
Refresca tu fandom
Qué tiempos aquellos de Lordi, los muchachotes finlandeses que ganaron el concurso en 2006 con su Hard Rock Hallelujah y su estilismo a medio camino de los orcos de El señor de los anillos y los caminantes blancos de Juego de tronos. Tal fue su popularidad que hasta se atrevieron a sacar su propio refresco, llamado Lordi Cola. Una pieza de coleccionista, con cada una de las etiquetas protagonizada por uno de los miembros del grupo. Más buscada que un Vega Sicilia.
Y alimenta tu fandom
Pocos lugares tienen tanto apetito eurovisivo como Irlanda. Eso debió pensar Jedward, los hermanos gemelos que representaron a la verde república en 2011 y 2012 cuando comercializaron, con motivo de su participación, unos fideos chinos (noodles) en la cadena de supermercados Aldi. Lo cierto es que muy buena pinta no tenían, aunque ya se sabe que en las islas, de gastronomía, poco entienden. Sea como sea, ya tarda TVE en sacar un fuet Miki.
El premio después de la batalla
Estaremos de acuerdo que, por más artistas que hayan pasado por Eurovisión, nadie ha llegado a la altura de los suecos ABBA. Por 185 euros, te puedes llevar el 12 pulgadas de su hit Waterloo, con la reproducción de una imagen del grupo todo sonriente, años antes de que se desatara la batalla entre sus integrantes y todo acabara como el rosario de la aurora. No sabemos si la calidad de sonido es buena, pero lucirá casi igual de bien que un plato de porcelana de Talavera de la Reina en tu estantería.
Protector solar
Sin duda, la pasión de los eurofans desborda las estrategias de marketing. Sin ir más lejos, el año pasado, aquellos que apoyaban a Netta, su look amago de Björk y su baile gallináceo quisieron hacerse presentes durante su actuación. Como quiera que las normas de seguridad del recinto lisboeta eran delirantes (se impedía la entrada de trolleys de viaje o pelotas de golf), sus fans echaron mano de la letra de la canción Toy, que en uno de sus versos afirmaba: I’m taking my Pikachu home, y allí que se presentaron con sombreros de Pikachu, el popular Pokémon. Una sabia inversión: este año lo han podido reutilizar con motivo del reciente estreno de Detective Pikachu.
La joya de la corona
No sabemos a qué viene tanto escándalo con que no ganamos Eurovisión desde Salomé. Si Miki, tal y como parece, no queda en buen lugar, podrá sentirse como todo un triunfador del evento con la reproducción del micro de cristal que constituye el galardón. Por el módico precio de 250 euros, lo puedes tener en tu casa (y fardar de él en tus noches de karaoke).
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