6 lugares para sentirse en Nueva York sin salir de Madrid
Trasladarte a Manhattan no es difícil en algunos de estos locales de la capital, donde desgustar un bocado de un buen sándwich de pastrami o probar kombucha artesana está a la orden del día.
Desde que la hamburguesa nos conquistó definitivamente con su ‘boom’ de la última década, hablar de algo estadounidense ya no suena tan exótico. A pesar de la gentrificación, no todo lo que reproduce ‘lo neoyorquino’ captura su naturaleza o aporta algo verdaderamente genuino. Pero hay espacios en Madrid que sí consiguen acercarnos: un bocado a un buen sándwich de pastrami puede llevarte por un momento a Katz’s, el deli de Cuando Harry encontró a Sally e incluso a reproducir el orgasmo de Meg Ryan en la película (pero sin fingirlo). Aquí seis sitios de la capital que te teletransportarán a La Gran Manzana.
En pleno Lavapiés, con el café y la gente como protagonistas, está Hola Coffee, el espacio de los baristas Pablo Caballero y Nolo Botana, que por su estética y concepto bien podría mezclarse con los comercios de la Marcy Ave. de Williamsburg. “Nuestra intención es acercar al consumidor los cafés especiales de una manera sencilla y amigable, dando también opciones de formación y catas abiertas. Y sin dejar de lado a aquellos que no beben café, tenemos tés, kombuchas o shrubs”, cuenta Nolo a S Moda.
“Las imperfecciones del local o las partes sin acabar tienen que ver con el wabi-sabi, una estética japonesa basada en la belleza de lo imperfecto. Esto se mezcla con la cerámica hecha especialmente para nosotros y nuestra selección de plantas”, explica. Y si eres de los que va con prisa, también puedes disfrutar de sus cafés rápidos. «Prueba nuestro ‘batch brew’, siempre tenemos americano listo para llevar que vamos cambiando varias veces al día entre nuestros tuestes y los de tostadores invitados”, recomiendan. Además, es imprescindible beberse una de sus kombuchas artesanales.
“Queríamos enseñar que existe una comida americana con más corazón, que no todo es ‘fast food”, así presentan su proyecto Ryan Day y Claudia Ruiz. Él es cocinero e investiga la intersección entre comida y literatura, ella actriz, y juntos montaron Roll Madrid. De su carta destaca un plato muy NYC, el ‘chicken and waffles’: pollo frito (y muy crujiente) sobre gofres con sirope de arce. La receta es de Ryan y su secreto confesable es que “bañamos el pollo en ‘buttermilk’ antes de pasarlo por una mezcla de harina y especias. Siempre usamos sirope de arce 100% y nuestra salsa nuclear casera”, nos cuentan.
Su local, de “espíritu muy urbano-americano, con mucha influencia de la movida DIY”, está ubicado en Conde Duque y además de ofrecer ‘brunch’ y una amplia oferta de platos neoamericanos como el ‘pulled pork’ o las costillas BBQ, su espacio se presta a “fomentar el aprendizaje de idiomas”.
Otro plato mítico de Nueva York es el sándwich de pastrami. Importado de los judíos, es la estrella absoluta de los delis. El más famoso es el de Katz’s, abierto en el East Village de Manhattan desde 1888. Pero encuentra su versión madrileña en un un pequeño corner del Mercado de Vallehermoso. Craft 19 es una cervecería con sándwiches artesanos donde puedes probar, entre panes y queso, esta delicatessen a base de carne roja en salmuera. Fundamental acompañarlo con pepinillos.
Jazz y blues en directo, más cócteles. Suena a un plan por el Harlem o por algún club del Greenwich Village, pero también ocurre en Madrid. Cerca de Ópera, en un local subterráneo con paredes de ladrillo está La Coquette, una coctelería con música en directo de martes a sábado que también ofrece jam sesions cada domingo. Desde su página de Facebook puedes seguir su programación y quién sabe si descubrir en su escenario a ras de suelo al nuevo B. B. King.
Dejar por un momento la costumbre del tapeo aquí y allá y no cambiar de sitio en todo el día. Puede pasar en El Imparcial, un local de La Latina que era un antiguo palacete y que ofrece una variedad de propuestas entre las que hay eventos, restauración o una tienda que vende desde prensa internacional hasta objetos de decoración. “Abre con el sol y cierra con la luna”, dice su web, y tiene ese rollito de club neoyorquino en el que se mezclan experiencias como tomar el ‘brunch’, ver una exposición y acabar de copas. Se autodefine como “un espacio que habla, escucha y es escenografía del ocio madrileño”.
Este garaje convertido en restaurante «que sirve ‘brunch’ todo el día los domingos» se desmarca del resto de locales ‘cuquis’ de Alonso Martínez con sus hamburguesas grasientas y aros de cebolla. Cuando uno entra deja de sentir que está en Madrid. Cuando cae la noche se sirven copas y cervezas como en cualquier sitio de ‘afterwork’ de Manhattan.
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