Diez motivos por los que “Tienes un e-mail” se ha convertido en un clásico navideño 25 años después

¿Qué ingredientes conforman una película navideña? ¿Es aquella cuya trama se desarrolla específicamente en la calificada como ‘la época más especial año’? ¿La que comparte mensajes de bondad, reunión, solidaridad y generosidad? ¿La que incluye villancicos en su banda sonora y abetos decorados en sus planos? ¿Tiene que ver acaso con el género o la fecha de estreno? Ante la falta de una regulación estricta sobre el asunto, básicamente una película se convierte en navideña si el público así lo desea. Y, a tenor de las decenas de artículos que así lo defienden, Tienes un e-mail se está convirtiendo en un clásico perfecto para visionar durante estas fiestas. 25 años después de su estreno, la comedia protagonizada por Meg Ryan y Tom Hanks en la que la propietaria de una librería y el heredero de una gran cadena ignoran que mantienen una relación por correo, quizás sea el gran cuento de Navidad que los espectadores merecemos. Estos son algunos motivos para defender su candidatura:

Porque, aunque no es estrictamente navideña, hay mucha Navidad en la película: Si las redes llevan años defendiendo que hasta Jungla de cristal es una película festiva, Tienes un e-mail debería tener un ticket dorado para formar parte del género. Aunque la trama cubre varias estaciones, en la comedia romántica nos encontramos con escenas de villancicos, con calles cubiertas de nieve y con Ryan decorando el árbol que preside el escaparate de su tienda. Además, dos de los grandes puntos de giro de la trama tienen lugar en la época más especial del año: cuando Joe Fox descubre que Kathleen es la usuaria de la que se ha enamorado chateando y cuando esta se da cuenta de que el cierre de su librería resulta ya incorregible.

Porque no hay ciudad más navideña que Nueva York: Pese a los esfuerzos del alcalde de Vigo o las cuatro décadas de aglomeraciones cortesía de Cortylandia, Hollywood ha convertido a la Gran Manzana en la ciudad hegemónica de la Navidad en la cultura pop global. ¿Quién no recuerda a Macaulay Culkin visitando el icónico árbol del Rockefeller Plaza o Central Park en Solo en Casa 2? Tienes un e-mail nos ofrece viajar desde la comodidad de nuestro sofá a las esquinas más románticas y bucólicas del Upper West Side. Con la excepción de que, lamentablemente, la pequeña librería regentada por Ryan es ahora una tintorería.

Porque también celebra a la familia elegida: Por mucho que los creativos publicitarios sigan tratando de vender a la familia tradicional –numerosa, estructurada y dispuesta a dejar cualquier rencilla personal o ideológica en pos de la magia de estas fechas– como ideal a perseguir, lo cierto es que el concepto cada vez dista más de esa hipótesis. Las familias de 2024 no siempre están integradas por personas unidas por lazos de sangre y la pluma de Nora Ephron –directora y guionista–, rinde un pequeño homenaje a esa diversidad. Dos ejemplos: Kathleen (Ryan) decide celebrar la Navidad con sus empleados de la librería, con quienes mantiene una estrechísima relación. Por la parte de Joe Fox, debido al último matrimonio de su padre, podemos disfrutar de ver a Tom Hanks compartiendo confidencias con su hermanastro de solo cuatro años.

Porque, al igual que la Navidad, su visionado es todo nostalgia: La añoranza y la melancolía son dos de los ingredientes básicos en unos días que suelen estar centrados en reavivar los recuerdos y reconectar con los seres queridos, dándonos cuenta así de qué ha cambiado y qué ha permanecido igual en nuestras vidas. Ver hoy Tienes un e-mail supone un billete de ida hacia esa nostalgia que embadurna nuestra memoria colectiva con el vetusto sonido del módem como sintonía desde los mismísimos créditos iniciales. ¿Quién no quiere recordar aquel tiempo en el que internet era un embrión limitado a un ordenador de sobremesa, en el que las citas digitales todavía no cultivaban una dinámica misógina y tóxica o en el que las comedias románticas llenaban las butacas de los cines?

Porque la esencia de la Navidad es pasar tiempo con nuestros seres queridos: ¿Y acaso ha existido una pareja más digna de ser querida en el último cuarto de siglo cinematográfico que Meg Ryan y Tom Hanks? Nosotros no lo creemos.

Porque no hay mejor fecha para cuestionar el ímpetu consumista: En su núcleo, Nora Ephron trató de esbozar con este filme una crítica al capitalismo cool más depredador y el impacto de la gentrificación que acorrala a pequeños comercios como el de Kathleen. En días de un consumismo tan desenfrenado como estos, el personaje interpretado por Meg Ryan se alza como el contrapunto responsable que necesitan estas festividades: de valorar la importancia de los momentos con los más cercanos, de apreciar hasta los detalles más pequeños y, claro está, de apoyo al comercio local cuando la ocasión así lo requiera. El personaje pone su espíritu en palabras en uno de los diálogos más recordados del filme: “Llevo una vida pequeña. Valiosa pero pequeña”.

Porque el estilo de Kathleen (Meg Ryan) fascina ahora a las tiktokers: Es una de las tendencias más insólitas de este final de 2023. La red social TikTok se ha llenado estos meses de una oleada de homenajes al estilo que popularizó la actriz en películas como la mencionada. Acuñada como ‘Meg Ryan Fall’, es una estética que reivindica su vestuario como referente a imitar durante el otoño-invierno y ya cuenta con casi 11 millones de visualizaciones en TikTok. A saber: cárdigans en tonos beige, faldas acampanadas, blazers oversize o sombreros tipo bombín. Básicos de armario con el mismo esquema de color y combinados con diferentes texturas. “Es de lo más adorable. He visto fotos de chicas probándose sombreros. No sé si yo tengo que mucho ver que en todo eso, pero es muy dulce. Me encanta”, certificó la aludida en la revista People.

Porque es una historia de amor tan canónica como cálida: No hay nada más pertinente en estas fiestas que envolvernos en una manta y sobrellevar las digestiones más pesadas del año con una trama reconfortante, optimista e ideal para que toda la familia, sin importar la edad, la disfrute en el sofá. Tienes un e-mail es puro confort cinematográfico, la materialización del mito ‘los polos opuestos se atraen’ que nos enseña que no hay romance que no pueda sobreponerse a una diferencia a priori insalvable.

Porque su banda sonora mejora a cualquier villancico: Desde que nos presentan al personaje de Meg Ryan disfrutando del otoño neoyorquino con Dolores O’Riordan cantando Dreams, el primer himno de la banda irlandesa The Cranberries, uno percibe que se ha puesto cierto celo a la hora de hacer la selección musical del filme. Y no decepciona en todo el metraje: Carole King, Sinead O’Connor, Stevie Wonder, Roy Orbison, Louis Armstrong… Venga por el romance, quédese por las canciones.

Porque la mismísima Joni Mitchell así lo corrobora: “Metiéndome en el estado de ánimo navideño con esta escena de Tienes un email”, confesó la mítica cantautora en un tuit publicado en 2022.