Perdona que te moleste, pero ellas están cansadas de pedir perdón
La carta viral de Jennifer Lawrence reabre la rebelión contra el exceso de autodisculpas en el lenguaje femenino.
"No es que quiera echarme flores, pero sí que estuve en esos sitios, me sentí muy honrada de formar parte de nuestro equipo y de ver cómo hicimos aquel increíble trabajo de conquistar esos lugares"
Esto es lo que una mujer diría en una reunión de trabajo si tuviese que parafrasear el famoso "Llegué, vi, vencí".
"Lo siento, pero he tenido esta idea –probablemente sea una locura–, pero mira, mientras estamos tratando de lidiar con esto, ¿puede ser que haya he tenido una idea o una visión sobre el futuro?"
Una mujer tratando de decir el "¡Hoy he tenido un sueño!" de Martin Luther King en otra reunión.
"Dave, si pudiera, solo si me dejaras… Siento que si fuésemos libres sería algo maravilloso, y la alternativa sería horrible, ¿no crees? Así es cómo lo veo. No lo sé".
Otra intentando decir en una reunión de trabajo el "Dadme la libertad o matadme" que entonó Patrick Henry.
Estas son sólo algunas de las hilarantes Citas famosas traducidas al lenguaje de las mujeres en las reuniones de trabajo que ha ideado Alexandra Petri, bloguera del Washington Post. Las publicó el martes pasado y en una semana ya ha conseguido la reverencia y aplauso público de la CEO de Facebook, Sheryl Sandberg, un segmento en el late night de Comedy Central y ser el blog más leído de la semana en la edición digital del rotativo.
Petri ponía el lado cómico al incesante debate de por qué las mujeres se pasan la vida pidiendo disculpas de antemano para expresar su opinión. Lo inició Pantene en 2014 con una de esas campañas de femvertising que tanto se viralizan últimamente:
Lo reabrió la ensayista Sloane Crosey en el New York Times este verano:
"Cuando una mujer abre la ventana a las tres de la madrugada y chilla a su vecino: 'Lo siento, ¿pero puedes bajar la música?' ese 'lo siento' no son buenos modales […] Esos 'lo siento' en realidad son asertivos, pero no se llega al meollo de la cuestión y se convierte en algo pasivo-agresivo de forma indirecta […] Así que deberíamos parar. No es que lo que digamos es el problema. Es lo que no estamos diciendo. Los 'lo siento' nos están quitando tiempo para establecer afirmaciones lógicas, expresar nuestras opiniones y lo que realmente queremos".
Amy Schumer tampoco quiso quedarse fuera del debate y expuso su visión con brillantez en uno de los sketches de su programa (imposible contabilizar el número de veces que se escucha "sorry" (lo siento) o "es culpa mía" en el clip):
Y hasta llegó la consecuente réplica de dejad-a-las-mujeres-hablar-como-les-dé-la-gana de Ann Friedman en el New York Magazine, aclarando que los hombres también dicen "lo siento" y se disculpan en sus conversaciones y que, en realidad, quizá todos lo decimos porque "el lenguaje no siempre trata sobre decir algo de la forma más directa y sencilla. Es sobre construir relaciones y hacerte entender e intentar entender a alguien más".
Con toda esta polémica a cuestas de hazlo y no lo hagas, la reciente carta (viral) de Jennifer Lawrence en la newsletter de Lena Dunham ha vuelto a despertar el debate, especialmente cuando el 'lo siento' se enmarca en el entorno laboral. La actriz está harta de intentar agradar a todo el mundo y ha asegurado que esa ansia de ser aceptada es la que le ha impedido negociar con propiedad sus salarios en la industria. Especialmente comentado ha sido el párrafo en el que la protagonista de Los juegos del hambre asegura que en su trabajo dio su opinión a un subordinado masculino sin ser agresiva y éste le respondió como si ella le hubiese gritado. "Estaba conmocionada porque no le había dicho nada personal u ofensivo o, para dejarlo claro, algo que estuviese mal. Todos los días oigo y veo a hombres diciendo su opinión, y si yo digo la mía de la misma manera, probablemente pensarías que es algo ofensivo". Actrices como Jessica Chastain, Emma Watson o Elizabeth Banks han ovacionado a Lawrence en sus redes sociales por hablar alto y claro. Aunque todo esto ya lo viene cantando Madonna en Unapologetic bitch: "Puede que suene como una zorra que rehusa disculparse, pero a veces hay que llamar a las cosas por su nombre". Lo sentimos, pero ellas no lo sienten.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.