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Niños, el mejor cliente

El universo infantil se aleja cada vez más de lo cursi y los diminutivos. Músicos, diseñadores, artistas, escritores y arquitectos con talento se han convertido en emprendedores para dirigirse a un público más joven y exigente.

universo infantil un trabajo de ninos
Pablo Zamora
Almudena Ávalos y Francesca Rinciari (Realización)

Tras cuatro años como profesora de música en el Colegio Público Pío XII y como despedida del curso, Ana Molina, integrante del grupo Hola a Todo el Mundo, decidió grabar un disco con 13 de sus alumnas y llamar al coro Milagros. «No hice selección. Eran chicas que subían al aula en sus horas libres. Esta formación no es más que una excusa para divertirnos y hacer música a pesar de un sistema educativo que relega esta asignatura al olvido. A través de las canciones, los niños aumentan su repertorio psicológico y espiritual, y como dice el maestro y educador Abreu, alimentando su alma encontrarán la forma de alimentarse y albergarse a sí mismos».

En Milagros hacen versiones de grupos como Kraftwerk pero también tienen su propio repertorio. «Todo lo que sea nostálgico y triste les encanta. Eso de que a los niños solo les guste lo ultraanimado es mentira», explica Ana. Una de las niñas dice desde el fondo: «Las canciones melancólicas están bien, pero también nos gusta Beyoncé, Centollito o One Direction. Y antes que Justin Bieber preferimos a Candela y los Supremos», de la que se acaban de hacer amigas en esta sesión.

Candela, de 8 años, viene con sus padres, Judith y Eduardo, que se hacen llamar los Supremos. Desde que el año pasado apareciera con aspecto de Pequeña Miss Sunshine cantando una oda a los piojos, los más pequeños ya tienen un ídolo a seguir. «Eduardo vio en Minimúsica (www.minimusica.tv) que iban a hacer un disco sobre animales y nos animó a que hiciéramos algo juntos en familia. Él ha compuesto la música y nosotras las letras. Tiramos hacia la alta literatura con una rima común y doméstica», explica con sorna Judith, de profesión abogado. Lo consideran un hobby familiar de fin de semana aunque acaben de actuar en la Plaza Mayor de Gijón compartiendo cartel con El Cigala. «Cuando canto me gusta ver a la gente bailar y pasárselo bien», explica la pequeña, que se declara fan de Black Keys o de los catalanes The Pinker Tones. 

Precisamente este último grupo, barcelonés, después de su larga trayectoria sobre los escenarios, tuvo la idea al estrenarse como padres «de crear una obra que conectara con el público infantil», dice Mister Furia. Así surgió el disco libro Rolf & Flor (Alba). Ambos músicos vieron claro desde el principio que tenían que intentar llegar a todas las edades. «Ya que los padres y hermanos mayores habrían de soportar el disco durante horas en el coche había que enganchar a todos», explica el Profesor Manso. «Como artista intentas seguir tu discurso, pero un concierto con niños hace que te dejes el ego en casa y te pongas al servicio de ellos», cuenta Manso. Se les podrá ver en directo el 1 de septiembre en el festival de Figueras L’Acustiqueta (festivalacustica.cat), con el cantautor Albert Pla como narrador invitado.

Letras menudas. La periodista y escritora Blanca Lacasa creó su primer cuento y se abrazó al gran músico Alberto Mate (Plastic d’Amour, Mate) y al ilustrador David Peña, Puño, para hacer, en principio, una ópera pop para niños. El resultado fue el disco libro Casi un musical (Narval). «Al escribir para niños no hay que bajar el nivel, como piensan algunos, sino conectar con lo que ellos tienen en la cabeza, y lo más divertido es que no se tienen que respetar las normas establecidas para adultos», dice Blanca. El trío lleva dos años rodando por España con bolos para el público más pequeño y sus padres. «Los mayores pueden ver un concierto con músicos y canciones buenas y los niños divertirse por igual».

Este año, Blanca ha presentado en la Feria del Libro de Madrid La caja de Nicanor (Modernito Books). Trata de un niño que se encuentra con una caja llena de palabras que desconoce. «Pero no tiene intención didáctica. Me aburren las moralinas de la literatura para los más pequeños. La infantilización llevada a su máximo extremo me parece insoportable. Aún existen productos muy infantiles, pero cada vez son menos tontos. Los niños se meten rápidamente en la historia, no hace falta darles todo masticado», cuenta Lacasa. Ahora están creando Casi un juguete que presentarán en Teatralia 2014.

Pablo Zamora

Otros ejemplares sutiles, de puro diseño, y en los que no hay hueco para las palabras son los que crean en Milimbo. Como les dijo Antonio Muñoz Molina a Trini y a Juanjo, los dueños, estos libros son como un estándar de jazz, libros para interpretar. «Como nunca incluimos texto nos metemos en la piel del niño y vemos si con las imágenes que hemos diseñado somos capaces de entender la historia o crear otra nueva», explica Juanjo. «Los cuentos son importantísimos porque preparan al humano», dice Trini. Después de Hansel & Gretel y Caperucita Roja próximamente editarán Pulgarcito, sin cesar de hacer talleres con cajas de cartón para niños. «Cuando nos piden si se pueden llevar las cajas a casa es maravilloso. Es alucinante comprobar cómo les encuentran significados infinitos. Despertar eso en ellos es increíble y que transmitan a los adultos esa pasión, una pasada», aporta Juanjo.

De ilusión, compromiso y buen hacer se llenan las páginas de la historia de Kalandraka, la editorial en la que cualquier cuentista e ilustrador español quisiera publicar. Su director Xosé Ballesteros comulga con aquello que decía Rilke de «la patria es la infancia»: «La mayor satisfacción ha sido crear libros que pueden leer personas con autismo y encontrar a un chaval en la otra punta del mundo con una edición de Kalandraka, que lo haga suyo y que se lo lleve a su biblioteca particular». El Premio Nacional a la Mejor Labor Cultural 2012 fue toda una alegría para ellos. «Es como subir un ocho mil. Ahora hay que tener cuidado en cómo bajar y ver nuevas cumbres a alcanzar». Olalla González trabajaba en la editorial. «Cuando acostaba a mi hijo me pedía cada noche los mismos cuentos y pensé en sacar a los personajes de los libros y ponerlos en su ropa para que los llevara siempre con él». Así surgió la firma de moda Casa K de prendas que son juegos. «Tienen un personaje escondido en el vestido para que después de leer el cuento puedan seguir jugando con la historia».

La ilustradora Anna Llenas no se había introducido en el universo infantil hasta que, en 2010, la editorial Lynx le encargó La Ratolina al circ. «Desde entonces, los hijos de mis amigas son mi fuente de inspiración», cuenta. «Necesito fomentar a la niña que llevo dentro para poder dibujar. Me esfuerzo por no dejar que muera». Explica que ha encontrado el éxito por no cambiar de estilo según la edad del público a la que se destine la obra. «Siempre cierro los ojos y me imagino los personajes para poder darles una vida ilustrada». 

Con esta misma filosofía lúdica y divertida se juntaron tres amigas, Beth, Andrea y Eli, para crear la marca yporqué. «Se nos ocurrió hacer camisetas con sonido, sudaderas que te transformen en un superhéroe,leggins con tutú para tirarse por un tobogán y que no se te vea nada. Los niños flipan», dice Beth. En las prendas, que fabrican entre España y Portugal, tocan los temas favoritos de los críos, como animales, princesas o personajes de aventuras. Venden mucho más fuera del país que dentro y han crecido gracias a las ferias internacionales a las que acuden. «Lo mejor es que se acerque un padre y te diga que no sabe cómo quitarles las camisetas a sus hijos».

De producciones cuidadas, calidad y diseño con humor saben mucho Ani y Elena, de BoTwist. Sus camisas y culottes con estampados de pimientos, nécoras o peliqueiros son un guiño a su Galicia natal. «Tuvimos la tentación de producir fuera, por el coste, pero decidimos apoyar a los proveedores y artesanos locales. Fabricamos prendas para que la gente les coja cariño. La ropa tiene que ser para siempre y para eso los materiales tienen que ser de primera», dice Elena. Venden en tiendas de España yonline. «Hacemos un envío especial para que quien lo reciba tenga una sorpresa. Muchas veces nos escriben para darnos las gracias», cuenta Ani. El placer de realizar cosas bonitas en las que creen les ilumina la cara.

También irradian una sonrisa las chicas de Little Creative Factory. Cristina y Esther son dos arquitectas que, al quedarse embarazadas, crearon este proyecto de moda infantil. «A través de nuestra marca mostramos los valores en los que educamos a nuestras hijas: la filosofía Km-0 con 100% de nuestra ropa hecha en Barcelona, la no explotación infantil y la manufactura lenta», asegura Elena. «Hacemos productos atemporales para que, como ha pasado toda la vida, puedan heredarse de unos hermanos a otros», explica Cristina. Aparece María Blanco con sus dos hijas y todas la saludan con cariño. Es la propietaria de ¡Glück!, una de las tiendas de niños con más relevancia en el país desde 2009. Vende muchas de las firmas que elaboran las personas que aparecen en este reportaje y Casi un musical o Candela y los Supremos han actuado en ella. «Descubrí este tipo de espacios en Berlín y al no existir nada parecido en España decidí montarlo yo. Creo en el comercio justo y en la producción ética, apuesto por las pequeñas empresas», cuenta María. 

Pablo Zamora

Arte menor. La actriz Ana Álvarez ha impartido muchos talleres de teatro para niños. «Tantos que decidí, junto a mi socia Nani Rodríguez, crear un taller de talleres llamado Mr. Willbe, donde los pequeños aprendieran a hacer fotografías, cortometrajes, actuaciones o nuevas tecnologías. Un espacio donde el niño sienta que estar allí es una aventura». Ana recuerda que de pequeña acudía a un lugar parecido donde se sentía libre. «Los chavales vienen con muchas inhibiciones y con mis talleres de teatro se las van quitando. Hay que fomentar su fantasía», concluye. Ha venido con dos sobrinos y el mayor cuenta: «El año pasado mi tía me hizo un regalo genial. Una noche sacó una sábana blanca y una bombilla y jugamos a hacer sombras. ¡Así no hacen falta juguetes!».

Tampoco los necesita para divertir a sus oyentes la periodista Lucía Retuerto. El año pasado creó la radiowww.lentejasparatusorejas.com. «Con ella fomento la exploración del hogar con la imaginación y la participación de toda la familia. Proponemos desde un taller con el ruido de las cucharas hasta un juego desde el baño. Así hacemos recomendaciones sobre cómo hacer música en casa o en el colegio». El formato de cada programa es muy breve, de 3 a 5 minutos. «Ahora los chiquillos están acostumbrados a lo visual y con esta iniciativa conseguimos una vuelta atrás en el tiempo». En todos los blogs de la web participan pedagogos, psicólogos y educadores. «Entre todos investigamos sobre la mejor manera de explicar determinadas materias». Tiene muchos seguidores en Latinoamérica, «porque usamos mucha música de Brasil y Argentina para algunos de los cuentos que recitamos». Pero su máximo empeño es recuperar los sonidos de los hogares. «Cuando crecemos, no nos damos cuenta de que, por ejemplo, el ruido de la aspiradora tranquiliza por su monotonía. Muchos padres me dan las gracias por trucos como este», finaliza.

En el estudio del artista Rodrigo Hurtado sus alumnos pintan y guardan un silencio sepulcral. «Trabajo la paciencia y la disciplina, pero luego se mezcla con la espontaneidad de ellos y soy yo el que acabo aprendiendo más. Cuando somos pequeños todos dibujamos, somos más valientes, más libres. Yo solo intento que ordenen todos esos impulsos». Confiesa que ha aprendido mucho sobre cómo impartir un taller gracias a su experiencia como discípulo de Antonio López.

La necesidad de tener una cuna para su primera hija llevó al arquitecto y diseñador Alberto Marcos a crear, sin intención, lo que sería la primera pieza de Ninetonine, firma de muebles que posee junto a su mujer, Sacha Bancroft. «Desde entonces nuestras hijas son las primeras en probar cada una de las creaciones», dice Sacha. Sus colecciones se alejan del color, «eso ya lo pone el niño». Y sus casas, modelo Deskhouse, se han convertido en un éxito que se vende en más de 16 países. «Evoca a ese primer dibujo que hacemos, por eso ellos lo entienden tan bien. Hacemos un diseño abierto que se completa con el uso que le da el niño», concluye Alberto.

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