Moisés Nieto celebra diez años en la moda en Úbeda: «No tengo que salir de mi pueblo para hacer unas buenas fotos»
Una década después de presentar su primera colección, el diseñador nos lleva a su tierra natal y vuelve a unas raíces que han moldeado su forma de entender la moda.
Apenas unos minutos después de que Moisés Nieto (Úbeda, 1984) pusiera un pie en la ciudad, los vecinos ya habían avisado a su madre de que andaba por allí haciendo unas fotos para una revista. Una atención efusiva que sus paisanos ponen en práctica cada vez que regresa a la tierra que le vio marchar con 18 años, soñando con convertir su pasión en oficio, y que sirve como prueba de los logros cosechados desde que presentara su primera colección hace una década.
«Voy a Úbeda menos de lo que me gustaría y cuando lo hago aprovecho para estar con los míos, pero es cierto que cuando salgo la gente me para», confiesa el diseñador que, por primera vez, ha elegido la localidad como escenario para inmortalizar sus creaciones. «Estoy en un momento más personal en el que no tengo que salir de mi pueblo para hacer unas buenas fotos. Me apetecía volver a mis raíces».
Sitiada por un mar de olivos y olas en forma de cerros, la riqueza de la artesanía ubetense, donde subsisten alfareros o maestros del esparto, es perceptible en su concepción artesanal y duradera de la moda. Y habiéndose criado entre monumentales palacios, plazas y colegiatas declaradas Patrimonio de la Humanidad, Nieto no podía sino haber trasladado esa impronta renacentista a su carrera. Además de capitanear su firma homónima, está al frente de la marca masculina Dos Studio –fundada junto a su pareja, el arquitecto Valerio Canals– en la que diseñan ropa y objetos decorativos. Formado en diseño gráfico antes que en estilismo de indumentaria, su interés por la música, el cine o la pintura confluyen y se reflejan en su trabajo. Para completar su ajetreada agenda, aún encuentra el momento para ejercer como director de moda del IED (Istituto Europeo di Design). «Estoy feliz de que me falte tiempo porque me dedico a lo que me gusta», reconoce. «Eso es lo mejor que te puede pasar».
Hijo de agricultores, Nieto asegura que el interés por la moda no le viene de familia, aunque recuerda ver a su abuela tejiendo cuando era niño. «Sigue cosiendo a sus 99 años e incluso me hizo un jersey para la colección del invierno pasado, pero lo que me despertó el gusanillo fue la música», aclara. El desembarco de la MTV en su televisión en los noventa lo empujó a hacer sus primeras customizaciones rompiendo sus vaqueros o creando nuevas piezas a partir de las que ya tenía. Una aproximación a la sostenibilidad y el suprarreciclaje que ahora rigen su filosofía de marca, alejada de la producción descontrolada.
Antes de que la crisis sanitaria sacudiera los cimientos de la industria tal y como la conocíamos y numerosos creadores –Dries van Noten o Giorgio Armani a la cabeza– manifestaran la necesidad de echar el freno, el jienense ya llevaba tiempo apostando por alternativas a las colecciones interminables o el desfile tradicional. «En 2017 me salí del calendario oficial de la semana de la moda porque me di cuenta de que era algo caduco, donde importaba más la celebridad que estaba sentada en la primera fila que la ropa. Lo interesante de esto es vender y vivir de tu marca. Ahora mismo me siento muy cómodo con lo que hago y quiero ir poco a poco, sin obsesionarme con despuntar o desfilar en París». De ahí que sus aspiraciones de cara a los próximos 10 años también sean de vocación humilde: «Seguir haciendo lo que más me gusta y que la gente valore marcas como la mía al margen del fast fashion. Soy optimista respecto al futuro».
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