Victoria Beckham se une al discurso feminista
«Hoy más que nunca tenemos que celebrar que somos mujeres». La diseñadora británica usa el lujo y la artesanía como herramientas de empoderamiento femenino.
Algunas colecciones gritan. Otras apuestan por una forma de reivindicación más sutil y silenciosa, pero igualmente poderosa. Entramos en el backstage de Victoria Beckham, en el edificio Cunard, para descubrir de primera mano las claves de una colección que ha recibido la ovación del público.
El discurso (y la esencia) de Victoria Beckham (la marca y la diseñadora): «Siempre he defendido que, para mí, es importante conocer el cuerpo de la mujer. En esta ocasión prefiero utilizar la expresión “consciencia del cuerpo”. Hay un sentimiento de familiaridad en cada una de las piezas».
Vestirse es también una forma de alzar la voz en tiempos de incertidumbre política: «Están pasando tantas cosas en el mundo que tenemos que ser optimistas. Es necesario ser positivas. Tenemos que serlo», insiste. «¿Que cómo puedo yo ayudar al resto de mujeres a sentirse así? Diseñando prendas maravillosas. La artesanía, la excelencia y el savoir-faire [de esta industria] tienen la capacidad de hacer que una mujer se sienta más fuerte y protegida».
El guardarropa masculino como vehículo de liberación, que se suma al sentimiento (y la marcha) feminista: «Empoderar a las mujeres. Esa ha sido mi voluntad desde el primer día. A lo que se suma mi pasión por la sastrería. Siempre me ha fascinado el traje masculino. Cada temporada intento darle un giro, cambiando, por ejemplo, los hombros. En esta ocasión he apostado por dos versiones. La primera, oversize, de dimensiones mucho más amplias; la segunda, sobre faldas de organza o chifón de seda para controlar el volumen y conseguir que transmita fuerza. La feminidad sigue ahí: en la transparencia de los vestidos y de las faldas. Pero es una imagen que también transmite poder». Casi un armadura para enfrentarse a los nuevos (e inestables) tiempos modernos.
El símbolo de una lucha: En uno de los abrigos, Victoria Beckham incluyó un broche con mimosas, la flor por excelencia del Día Internacional de la mujer (elegida como símbolo en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial). «Es mi guiño personal. Un accesorio que se une a la celebración de las mujeres. Porque hoy más que nunca las mujeres tenemos que rendir homenaje a todas las féminas».
Un bolso que habla de vanidades… y de autonomía: «En temporadas anteriores las líneas eran más suaves, incluso mórbidas. ¿No sería maravilloso diseñar un bolso más estructurado esta temporada? Esa pregunta fue el punto de partida. ¿Y por qué no tomar como referencia una caja de maquillaje (o vanity case) de principios del siglo XX? El lujo está en la autoderminación, en la fuerza y en la belleza de una mujer».
Un paso más: «Me gustan los zapatos planos, sobre todo, con pantalones holgados. Pero también he querido incluir en la colección botas de tacón o cuña. Para una vez más conseguir construir una imagen invulnerable. Ojalá tuviera otra forma de decirlo. Pero la moda es mi forma de expresión».
Los estampados: «Están inspirados en la obra del artista británico Paul Nash», [la retrospectiva que visitó Victoria Beckham está abierta hasta el 5 de marzo en la Tate Britain de Londres].
