Los leggings de 60 euros que arrasan entre las famosas embarazadas
Seraphine, una firma británica de maternidad, es un auténtico fenómeno entre las estrellas (y Kate Middleton).
Si alguien todavía pone en duda del efecto demoledor de un famoso vistiendo una marca medianamente asequible, debería preguntar a Cecile Renaud: «Vendí 20.000 vestidos cuando Kate Middleton se puso uno de mi colección», repite como un mantra cada vez que la prensa le pregunta por su éxito. El vestido en cuestión era un modelo violeta de 46 libras (unos 54 euros) y lo vistió la duquesa de Cambridge para el posado oficial de su primogénito, Jorge, en 2013. Dos horas después de que se hiciese pública la foto, el vestido se agotó en su web y se amplió a una lista de espera que superaba el millar de compradoras.
No era la primera vez que el conocido como ‘efecto Kate’ (dícese del sold ou t que provoca Middleton en sus elecciones de estilo), escogía a esta empresaria francesa afincada en Londres. Durante parte de su embarazo vistió un par de vestidos más y un abrigo de su firma, Seraphine, posiblemente la marca para embarazadas que más caja hace publicitando qué famosas la visten.
Su nueva prenda viral son los leggings de piel que la actriz Marion Cotillard se ha puesto para la alfombra roja de Assasin’s Creed. Cuestan 57 euros y también los han llevado Gwen Stefani o Anne Hathaway, otras habituales de la firma. En Reino Unido la sombra del fenómeno Seraphine es tan alargada que desde el Telegraph titulan: Marion Cotillard descubre los leggings de 45 libras que toda madre necesita.
Seraphine sabe que un rostro conocido ayuda para expandirse en el mercado. Abrió local en 2002 en Kensington Church Street, Elle McPherson compró allí y el efecto dominó fue inmediato: Kate Hudson, Claudia Schiffer, Christy Turlington, Angelina Jolie, Sienna Miller, Halle Berry o Jessica Alba han sido vistas comprando allí. El local es un auténtico imán para las famosas embarazadas y ya tiene filial en el Soho de Nueva York (abierta tras una pasearse acertadamente por las televisiones estadounidenses publicitándose como la diseñadora de las celebrities).
Otras que juegan en esa liga de multiplicar ventas con embarazadas famosas son firmas como Isabella Oliver (Natalie Portman –esta misma semana llevó uno de sus célebres vestidos de tubo–, Angelina Jolie, Blake Lively o Chrissy Teigen son clientas) o Hatch (también la han lucido Gwen Stefani o Natalie Portman).
Cuando empezó a operar Seraphine, a principios de los 2000, el nicho de mercado de vestir a embarazadas con las tendencias del mercado y a precios asequibles estaba vacío. Más de una década después, la firma de esta francesa que saltó de las cuentas de publicidad a la moda ha sabido cómo diferenciarse de las firmas de moda pronta que sí han abierto sus líneas a ropa para embarazadas (Asos Maternity, J Crew o H&M, entre otras). Con esa fórmula infalible que prueba que nada vende más que una cara (y barriga) conocida.
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