Separados por una pamela: Meghan y Enrique escenifican las frías relaciones con Guillermo y Kate
El Remembrance Day es el día en que los países de la Commonwealth rinden homenaje a los miembros de las Fuerzas Armadas y a los civiles que sacrificaron sus vidas durante la Primera Guerra Mundial. Se conmemora el 11 de noviembre, que es cuando se firmó el armisticio alemán. En los días previos a la celebración de este día, la familia real británica participa en una serie de acontecimientos públicos en los que lucen orgullosos sobre sus solapas la amapola que simboliza el honor y la gloria de los veteranos caídos. El primero de ellos, que tuvo lugar la noche del sábado, es un concierto en el Royal Albert Hall presidido por la reina que en esta ocasión tenía un especial interés informativo pues se trataba del evento donde se iba a producir el primer encuentro público entre los duques de Cambridge y los de Sussex desde que Enrique y Meghan diesen la entrevista de televisión en la que admitían públicamente su descontento con el trato que los medios de comunicación británicos dan a Markle y Enrique reconocía un distanciamiento con respecto a su hermano Guillermo y su esposa, Kate Middleton.
El segundo, la mañana del este domingo, es un acto público que se celebra en las oficinas centrales de la Commonwealth, en Whitehall.
Ambos actos fueron una puesta en escena simbólica de la fractura clara que efectivamente existe entre las dos parejas y que para empezar tiene un reflejo en el estilo escogido por Markle y Middleton. Ambas han escogido dos roles claramente definidos: una es la actriz norteamericana devenida en noble que no piensa perder la frescura de su fondo de armario, pese a la rigidez del protocolo regio; la otra es la futura consorte que nunca pierde el recato y la compostura y que se mueve siempre dentro de códigos excepcionalmente formales para dejar clara su posición dentro del organigrama de la familia real.
En el primer acto, Markle escogió un vestido de corte New Look con un amplísimo escote que dejaba ver su cuello y su pecho. Middleton, por su parte, iba con un recatado vestido cóctel con cuello barco y una ancha diadema negra.
Los dos matrimonios se situaron en lados opuestos del palco real del Royal Albert Hall. No solo eso: si los duques de Cambridge ocupaban la primera fila al lado de la reina, los de Sussex estaban en tercera fila, en una posición distante.
En el segundo acto, han sido los sombreros de las dos duquesas lo que ha marcado la separación estilística: Markle ha escogido una amplísima pamela que recordaba a las creadas por Hedi Slimane para Saint Laurent. Middleton ha elegido un recatadísimo tocado con rejilla. Tampoco en esta ocasión las parejas han estado cerca durante el homenaje y no han posado juntos para la prensa.
Aunque el hecho de que coincidan los cuatro en un acto convocado por la reina es de gran importancia simbólica -la prensa británica ha llegado a sugerir que Isabel II ha censurado de los actos públicos a Meghan y Enrique- y las celebraciones de conmemoración de la Primera Guerra Mundial les han acercado de nuevo, no parece que los hermanos hayan firmado el armisticio.
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