Nicolas Ghesquière reinterpreta en un bolso el mítico baúl de Louis Vuitton
El modelo Valisette BB de la ‘maison’ francesa recupera el espíritu artesanal y viajero de la firma bajo una óptica atemporal y colorista.
Dicen que Louis Vuitton recibió un día un encargo un tanto particular: «Embalar la ropa más hermosa de una manera exquisita». La orden venía de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, y el creador francés, lejos de extrañarse, acabaría aplicándola en cada uno de sus baúles. En una época en la que viajar estaba más cerca de la ensoñación que de lo cotidiano, el diseñador revolucionaría el equipaje con maletas rectangulares y tejidos exclusivos.
Esta temporada, Nicolas Ghesquière, al frente de la dirección creativa de la línea femenina, ha hecho un doble ejercicio de retrospección. Por un lado, ha vuelto a los orígenes de la maison para reafirmarse en su espíritu viajero. Por otro, ha decidido desintoxicarse tecnológicamente para volver a los años ochenta y reivindicar la era preinternet, cuando la moda era personal y el estilo auténtico. El resultado es el bolso Valisette BB de Louis Vuitton, una pequeña maleta estructurada, con detalles en piel de becerro, cierto regusto nostálgico y las características para convertirse en el imprescindible del invierno.
«Creo firmemente en que la innovación y la historia pueden ir de la mano. Y ese ha sido el reto: diseñar algo nuevo sin perder la identidad y el espíritu de la firma. Preservar el clasicismo y la autenticidad de la casa sin dejar de mirar hacia el futuro», declaraba Ghesquière en una entrevista a S Moda que todavía hoy sigue vigente. Porque el nuevo bolso de Louis Vuitton actualiza el legado de su creador a partir de detalles que juegan con la artesanía y la atemporalidad: detalles en piel, bandolera extraíble, etiquetas de piel con el logo de la firma y hasta un candado.
Los estampados, otro de los estandartes de la maison francesa, cobran aquí especial relevancia. Louis Vuitton creó la emblemática lona de cuadros Damier, sobre la que se podía leer el certificado de autenticidad: «Marque L. Vuitton déposée» (marca registrada), para frenar a los primeros imitadores. Siguiendo esa línea de exclusividad, cuando su hijo George Vuitton se puso al frente de la firma, nacería también su famoso monograma, mucho más difícil de copiar. Ghesquière recupera ambos para forrar su bolso Valisette BB: una versión Damier, con su interpretación personal del damero en blanco y negro, y otra Monogram más clásica, con tiras de piel camel cosidas a mano.
Por otro lado, el bolso Valisette Verticale demuestra la capacidad de Louis Vuitton de reinventarse a base de geometría. Con un asa rígida de piel y una hebilla metálica, este modelo de aires retro, disponible en lona Monogram o Damier Colors, es una invitación nostálgica a la aventura.
El de piel Epi –inspirada en los campos de trigo ondulados, con un particular relieve y distintas tonalidades– es uno de los más especiales de la colección. En Rojo y Blanco, este modelo tiene la capacidad, como diría la emperatriz, de guardar todos nuestros imprescindibles «de manera exquisita».
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